Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


sábado, 4 de octubre de 2014

Galayos en los años 70... el lugar donde aprendimos

"Los Galayos... 
jardín granítico de potentes tallos
y delicadas flores"

(Gerardo Blázquez)

... vista de los Galayos desde el Cervunal...

"... es noche cuando llegamos a la Plataforma; alguien abre la puerta del bus y grita: ¡cielo negro y chispeando!.
Goyo - el conductor - nos mete prisa: ¡vamos, chicos... que me esperan a cenar en Guisando!.
¡Joder!... apenas agarro la mochila y ya veo luces que enfilan camino arriba ¡qué bárbaro!; me coloco la linterna "Wonder" y la capa de lluvia... ¡anda que molesta poco el dichoso cablecito desde la cabeza al portapilas!; voy de los últimos pero dispuesto a ganar posiciones.
¡Vengaaa! - Antonio y Canito me gritan desde la oscura lejanía.

Aquello es una carrera contra reloj; a mitad de camino, entre apagones de la dichosa linterna y tropezones con las piedras sueltas que abarrotan la senda - se me graba a fuego el soniquete seco que producen los cantos al golpearse entre sí, a nuestro paso -... comienza a llover con fuerza; me piso la capa muy a menudo... lo cierto es que ya tiene algún jirón colgando... me dan ganas de quitármela y que sea lo que Dios quiera... pero ¡leches!... perdería tiempo y estos recios me dejarían atrás sin piedad.

Tengo la sensación que todas las luces que veo están muy lejanas... moviéndose a toda velocidad - unas en fila y otras atajando curvas -... solo saco ventaja a un par de desgraciados que, a pesar de mi esfuerzo, me pisan los talones.

¿Por qué correrán tanto?... esto es un sinvivir.
En poco más de hora y cuarto estamos en el refugio... sigue lloviendo y no logro ver el espectáculo de agujas que me prometieron... verás tu... lo mismo mañana sigue así y nos tenemos que volver sin pena ni gloria... ¿también habrá que correr cuesta abajo?.

Abro la tartera para meterle el diente a la tortilla de patata y unos pimientos verdes fritos... ¡y ya hay un montón de tipos roncando!.
El piso de arriba está completo... parece un "larvario"... sacos de colores colocados al estilo de lápices "Alpino" - bien apretaditos - en su caja de cartón.
Me arrebujo en mi saco "playero" mientras ruge una tormenta eléctrica; suenan trallazos que amplifica el Galayar... vibra el suelo - embarrado - y se me cierran los ojos mientras sueño ser alpinista.
Mañana será otro día..."

refugio Victory en Galayos, 1973.


... vista de las "zetas" desde la Peña del Águila...

Este pequeño relato que os he contado ocurrió en mi primera visita a los Galayos... el lugar donde muchos aprendimos a ser alpinistas.

La historia de la escalada en el Galayar se inicia - casi de golpe - en 1933; un día del mes de mayo... Ricardo Rubio sale de Madrid en su bici, y Teógenes Díaz se sube a un autobús.
Los recibe Arenas de San Pedro y allí comen... para salir andando hacia Guisando... luego hasta el Nogal del Barranco (Plataforma); se dan unos baños en las heladoras aguas del río Pelayo y continúan hasta "La Apretura" donde deciden pasar la noche, no sin antes cenarse unas "sabrosas patatas y cortar un poco de hierba para hacer un poco más leve el suelo".
A Teógenes se le cierran los ojos mientras murmura una "canción bohemia":

"Mi patria es el mundo,
mi techo, es el cielo...
y el sueño, que todo lo sume en sombras, me aprisionó"

El día 14 - con cuerda y anillos de cáñamo, calzados con abarcas de suela de goma - alcanzan la cumbre del Torreón - también conocido como "La Torre" o "El Pilón" - por la chimenea Oeste (vertiente del refugio) y rapelan por la cara Sur.

Un mes más tarde, Ángel Tresaco y Enrique Herreros, repiten la vía... y rapelan por el mismo itinerario de subida - éste descenso será el clásico durante muchas décadas -.

Al mes siguiente - ya estamos en Julio -, Miguel López hace lo propio ¡en solitario!.


Definitivamente se abre un nuevo escenario en los Galayos; la Guerra Civil Española y su posguerra ralentizan el magnífico comienzo Galayero... sin embargo y hasta los años 50 el Torreón sigue recibiendo nuevos itinerarios - rutas hoy clásicas como la Sur-Directa y la Lucas - sin olvidar nuevas rutas en el "zócalo" que lo sustenta... y también en otros riscos como el Gran Galayo, que recibe la visita del afamado Emilio Comici... inaugurando el itinerario que lleva su nombre.

Suenan nombres de aquella época heroica: J.M.Galilea, J.B.Mato, A.Tresaco, B.Sol, A.Pisonero...

En 1949 se inaugura el refugio Victory - en honor a Antonio Victory, pionero del montañismo castellano e impulsor de la Federación Española de Montañismo -... situado en la frontera de los 2000m. de altitud y  en en el mismo emplazamiento donde hubo una pequeña covacha de pastores.

... refugio Victory... octubre 1975...

En 1950 se produce otro hecho que eleva el nivel de la escalada Galayera: los hermanos Bonifacio y Lorenzo Malagón, junto con Antonio Romero y Frutos Sainz... se despistan a la entrada de la ya clásica "chimenea Oeste o Teógenes"... y tiran unos metros a la izquierda por un diedro que se convertirá en una obra maestra para las generaciones posteriores... su nombre: la "Malagón".
Graduada de V+ "galayero"... sigue siendo - hoy en día - la referencia del grado duro que no regalan los Galayos.

Realizan la escalada en libre total... y durante los nueve años siguientes, hasta su repetición,  muy pocos creen que subieran por allí sin medios artificiales.

En las décadas 50/70 se desarrolla una labor de exploración que resulta vital para el conocimiento del Galayar... nuevos rincones, nuevas agujas y nuevas rutas - cada vez más difíciles -.
Curiosamente, a principio de los años 70, todavía quedaban muchos itinerarios vírgenes... y curiosamente la información de la que disponíamos era escasa y difícil de conseguir - pasaban los croquis de mano en mano como "incunables" -.

... croquis "Ayuso/Espías a la Mª Luisa"... abierta en los años 60...

Y a lo sumo... un "mapa de cordales" para saber que gargantas y cumbres cercanas nos rodean...


Basta como prueba que, hasta 1973, solo se disponía de información dispersa y algún listado -pocos croquis- de las agujas y vías de escalada.

En esos años el listado de escaladores asiduos resulta interminable: A.Flores, P.González, M.Castaño, R.Pellús, E.Conde, S.Rivas, C.P.Tudela, C.M.Repiso, J.López, M.Oronoz, A.Espías, P.Acuña, C.Soria, E.del Pozo, J.Mayayo, A.Faus, C.Valladolid, I.Lucas, M.Castaño, F.Brasas, F.Martínez, R.Assas, G.Blázquez... 

En cualquier caso... ya se hacen "norma" dos cosas de obligado cumplimiento para todos aquellos que alcanzaban la cima del Torreón: ponerse de pié en la cumbre y pasar miedo al rapelar de la famosa "barra" - acero corrugado - de la que había que descender por la chimenea Oeste o Teógenes... la primera sigue vigente... la segunda - gracias a Dios - fue sustituida por más segura bajada....

... Víctor Morcón le tiende la mano a Tomás Mesón (agosto 1968)... pero ¡ni por esas se pone en pie!...

... segundo rápel del Torreón... desde la famosa "barra"... hasta más allá de los 70...

Continuando con la historia que relataba al inicio... ésto es lo que nos sucedió aquel año de 1973, durante nuestra primera visita a Galayos:

"... apenas entra luz por la puerta, no tanto porque no exista en el exterior... más bien porque han bajado de la tarima superior un montón de tipos - corremos peligro de que nos pisen a los del suelo bajero - andan recogiendo trastos unos, desayunando otros... todos afanosos con sus cosas.

Aún dentro del saco, me arrastro hasta la esquina de la puerta para echar un vistazo... una niebla ligera, como una pantalla en cuña que subiera por la canal, me impide ver.
Huele a tierra mojada y brillan las rocas cercanas... ¡va a salir el sol! - grita uno - mientras me pongo de pie y sujeto el saco, a la altura del pecho... doy unos saltitos y ya estoy listo cuando tropiezo y me esperan los dos escalones de piedra... ¡menuda leche me voy a dar!... pero alguien me sujeta en el último instante.
Oigo risitas y murmullos graciosetes... empezamos bien.

Y el sol sale; allí... en el pequeño rellano del exterior... suelto el saco que se escurre a los pies y me muestro a los presentes con lo único que llevo puesto: calzoncillo "Abanderado" - todo lo blanco que puede estar tras la subida de anoche -.

Flotan jirones de niebla, entre canales y balcones escondidos... atravesando cumbres de agujas imposibles, pero el sol aprieta más y lentamente se ofrece a la vista lo que me dijeron que vería primero: el Torreón..."


... un invierno a finales de los años 70... bien marcada la clásica vía "GAME"...

Guardo un recuerdo imborrable de aquella primera salida galayera, con 16 años cumplidos... y guardo un especial recuerdo de un escalador de la época - pocos años mayor que nosotros - pero con un bagaje muy superior.

Por aquel entonces "nuestro guía" Santiago Pino ya era un escalador de clase.

... Santiago Pino en la NO del Cilindro (Pirineos)... 1975...

Santiago nos indicó como llegar hasta la entrada "Directa" que conecta con el diedro de la "Sur clásica" - por la canal de la Aguja Negra -... y de ésta forma nos colocamos en todo lo alto del Torreón... una experiencia que nos obligaría a regresar a Galayos durante el resto de nuestras vidas.

... Dominicano Trujillo "Canito" y el que escribe... en la canal de la Aguja Negra... buscando el camino...

La década 70/80 comienza con impresionantes nuevas escaladas y va terminando con las tendencias que llegan - se fuerza en libre todo aquello que se recorrió en artificial... llegan los "pies de gato"... aparecen los nuevos "cacharritos" de levas (friends)... y van desapareciendo pantalones bávaros, camisas de franela, botas "gordas" y "cletas"... llega el cambio -.

A estos escaladores les toca el cambio: J.Lupión, S.Hernández, F.Aguado, J.A.Lucas, L.Fraga, M.A.Gallego, M.Montes, A.Lechuga, J.Galán, F.de Pablos, G.Mateo, J.Gutierrez...

Aparecen las primera "guías de escalada"... principalmente dos volúmenes: uno que comprende el macizo de Gredos en general "La Sierra de Gredos" de Miguel A. Adrados, Emilio Gª Viel y Jerónimo López.

El otro, de Juan Lupión,  "Los Galayos guía de escaladas" -... un volumen dedicado exclusivamente al Galayar... más actualizado y que incluye - con más decisión que la guía anterior - términos que empiezan a utilizarse habitualmente como: "itinerario realizado enteramente en libre, sin puntos de ayuda artificial"... o "realizado con dos puntos de ayuda".
Hay que recordar que hasta esos años, aquello de "agarrarse" a un clavo... se consideraba un "pecadillo" - algo así como: "ni se menciona, ni tiene importancia" -... pero vamos... que a partir de entonces ya no era escalada libre ¡te pusieras como te pusieras!... listillo.

Ambas publicaciones se convierten en la "Biblia" para todos los escaladores, locales o de otras comunidades, y ambas guías se publican en 1981.


... guía de Juan Lupión...

Para todos aquellos que gustan de leer con detenimiento, dejo el enlace sobre el monográfico de la revista GAME nº16... donde encontrar los principales hitos de la escalada en Galayos.
Ahí tendréis los nombres de multitud de excelentes escaladores y alpinistas que siempre intentaron mantener la "esencia galayera"... la misma que luego aplicaríamos por las Cordilleras de la Tierra.

... vivaque a las puertas del refugio Victory...

En lo que respecta al grupo de amigos con los que yo escalaba habitualmente - o sea... todos los fines de semana... con sol o tormenta, nieve o secarral, calor o frío hiriente - recuerdo que caíamos rendidos al final de cada jornada, con las manos desolladas... la ropa desgastada y las "cletas" con agujeros - cada mes más grandes - en las punteras.
Solo el reparador "Araldit" nos ayudaba a mantener los boquetes bajo control.

Aquellos primeros cuatro o cinco años - de los 70 - repetíamos visitas constantes a la Pedriza, Galayos, Circo de Gredos, Peña CabreraPirineos, Picos de Europa... un trajín sin descanso.

... en el refugio Victory... octubre 1975, con Ramón Muñoz y dos catalanes que visitaban el Galayar...

... algo celebraríamos... ¡digo yo!...

Un recién llegado otoño - posiblemente del año 1974 - aprovechando unos dineros que conseguí ahorrar de la "paga" familiar, decidí adentrarme en Galayos por unos días... con el plan secreto de escalar en solitario.

Mi segundo "viaje iniciático", tras aquel otro que ya os relaté en La promesa.

Llegué a Arenas de San Pedro en autobús, acompañado de mi sempiterna mochila de loneta gris; recorrí la carretera hacia Guisando, con la esperanza de que algún coche me ahorrara el asfalto - vana esperanza porque nadie subió al pueblo -... luego continué andando - otra vez con esperanza - por la carretera hacia la Plataforma del Nogal del Barranco.

De nuevo fue vana esperanza que pasara algún vehículo, así pues... habiendo recorrido unos cientos de metros, decidí atajar por las antiguas veredas del pinar.

"... estoy solo en el refugio - yo diría que estoy solo en el Galayar -; retumban caídas de piedras que ocasionan las cabras... es tal el silencio que me impresiona al punto de erizarme el vello.
Una dispersa neblina se deshilacha en la cumbre del Torreón, que aparece y desaparece como un fantasma de sábanas grises.

Me cargo la cuerda a la espalda, cuelgo del cordino en bandolera unos clavos, mosquetones sueltos y algún taco de madera... la maza al cinto; el casco ya puesto y cientos de mariposas revoloteando en el estómago.

Atravieso la pedrera, un tanto en bajada, hacia el canalón Oeste de la vía Sol-Galilea; suben vientos leves y algo frescos, como empujados por la Apretura que los canaliza como un embudo.

Alcanzo la Plataforma de las Flores aún con cuerda a la espalda... luego... busco la brecha de la Punta Margarita - me han hablado que un rápel por ahí me llevará a la vertical de la vertiente Sur... una variante atractiva para conectar con la vía Lucas -.

No me resulta fácil encontrar el camino - me parece más difícil que lo que vendrá -; pero todo llega y al fin llega el diedro soñado... ése del que me hablaron hace unos meses, cuando recorríamos el otro paralelo de la Sur/Directa.

Y por fin... la cumbre del Torreón; no me atrevo a ponerme en pie... al menos hasta que no se disipen las nieblas que nos envuelven; por fin... un viento más poderoso... despeja el espacio y me veo - atado a la cuerda que até metros más abajo -... en pie... con los brazos en cruz, como Dédalo dispuesto a volar.
Llegan jirones de niebla que atraviesan el Torreón unos metros por debajo de mis pies... mientras el sol me abrasa la nuca - algo así como navegar un mar de nubes subido al mástil más alto de la embarcación - ¡joder!...

Yo no volé... rapelé por la chimenea Oeste (Teógenes)... con el mismo miedo que siempre sentí al colgar de la barra bailandera encajada, a modo de puente, entre cuarenta centímetros de grieta y acuñada con restos de plomo... ".


... un escalador destrepando la canal clásica... un invierno de un año que no recuerdo...

Los siguientes días - frescos y soleados - continué solo en el Galayar; recorrí el Pequeño y el Gran Galayo... encadenando las clásicas del momento: Sur/Apretura y Gran Diedro.

El último día - ya bajando de la Punta Tonino Ré... por la vía Benavides/Serna - me encontré dos tipos que llegaban al refugio.

Aproveché para venderles unos clavos - me costó lo mío porque no querían -... lo suficiente para reunir el resto del dinero que me hacía falta para regresar en el autobús de linea.


Llegaron los años 80 - casi sin enterarnos -... y los Galayos siguieron brillando bajo las lunas que perfilan siluetas chinescas contra cielos que no llegan al negro; a veces, también... contra nubes blancas que difuminan riscos imposibles.

Pero la historia de ésa década - audaz, limpia y magnífica - tendrá que esperar a otro capítulo...


19 comentarios:

  1. Ay los Galayos......donde muchos aprendimos, aunque yo siempre pienso que es algo mas que una escuela.......da igual las veces que escales alli, a mi siempre me impresionan.

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    1. Cierto, Wimbor... y suele dar la medida de lo que se encontrará por el mundo.
      ¿Que hubiera sido de nosotros sin los Galayos?... ufff... lo mismo no entenderíamos el alpinismo de la misma manera.
      Saludos cordiales.

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  2. Lo poco que conozco de Galayos me ha servido para comprender como un espacio geográfico ha podido marcar el devenir de la vida de tantos hombres...la mayorìa no pudieron elegir, ya que quedaron conquistados para siempre, y como digo hubo una gestación entre esas paredes de algo que les permitía soñar y mantenerse vivos.
    Que no se pierda el espíritu galayero será nuestra bendición entonces...todos a soñar!!!

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    1. Así es, Manuel... el espíritu galayero nos tiene atenazados jejejej... y además nos gusta.
      Seguiremos soñando que soñamos sueños... seguro que alguno se cumple.
      Saludos.

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  3. Hola Carlos.
    Por fin he encontrado tiempo para leer con tranquilidad esta nueva entrada...que decirte? no me ha defraudado. Esas fotos que bajas de la troje valen su peso en oro.
    Acabo de terminar y ya ando esperando el segundo capítulo..
    Gracias

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    1. Hola, Nicolás... me alegro te guste; veremos que deparan los años 80... cuando reinaban pantalones de pintor y "lycras" de colores.
      Gracias a ti.
      Saludos cordiales.

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    1. Cierto, Vicente... siempre es un placer haber vivido, y seguir por aquí para contarlo... y seguir viviendo.
      Saludos.

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  5. Carlos que alegría encontrar este Blog tuyo, esta muy currado, me han venido tantos recuerdos, de cuando íbamos al Galayar hiciera el tiempo que hiciera. Todos los sábados a las cinco de la tarde en el metro de Opera, a esperar a que Goyo en su micro-bus escolar, nos subiera a Guisando.
    Me acuerdo, que aunque no fuéramos con compañero, en el autobús hacíamos planes y compañeros, pues nos conocíamos la mayoría. (Que diferencia en la actualidad, pues el coche nos ha hecho independientes y anónimos).
    Con mas tiempo tengo que seguir tu blog, y así acordarme un poco de esos comienzos tuyos, y poder identificarte, pues ahora mismo no te identifico, pero leyéndote es como si te conociera de siempre.
    Me ha encantado ser protagonista en esas incursiones del los Galayos, tan bien descrita.

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    1. Hola, slechuga -así firmas, aunque intuyo tu nombre-. Galayos fue el lugar donde aprendimos, aún seguimos en ello, y nos forjó como lo que somos... no solamente a nivel de escaladores... también como personas y actitud frente a la vida.
      Me alegra te alegre.
      Saludos cordiales.

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  6. Excelente crónica de una época en la que se forjó en España un conjunto de grandes escaladores. Gran parte de los que citas en tu post llegaron a situarse entre los mejores del mundo. La Pedriza y Gredos, con sus accidentados paisajes berroqueños, son hoy reliquias del alpinismo español. Gracias por sumarte a mi prontuario. Un saludo, JT

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    1. Hola, José... gracias a ti por leer.
      A partir de los años 80 comienza la nueva época... y aparece otra generación que ya llevaba un tiempo madurando.
      Ya iremos viendo.
      Un cordial saludo.

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  7. Un lujo de entrada, como siempre. Gracias por el curro que te pegas

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    1. Gracias, Francisco. Un placer.
      Saludos cordiales.

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    2. Precioso relato, da gusto empaparse de historia montañera tan bien contada...tan motivante, tan romántica. Me ha encantado el croquis original de la Ayuso Espias. Hace poco la he hecho, un par de veces pues a la primera no pude liberar. Me parece una vía soberbia, alucinante, futurista en su tiempo, de quitarse el sombrero y reverencia. Gracias Carlos por este maravilloso blog.

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    3. Gracias a ti, David, por leer. Un placer compartir.
      El diedro Ayuso/Espías siempre se recuerda, es magnífico.
      Saludos cordiales.

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    4. Muy buenas Carlos.
      Anoche estaba ante el ordenador y como en otras ocasiones vino a mi memoria aquellos años 70 de mis inicios en la montaña y apareció tu nombre en mis recuerdos, lo puse en el buscador de Google y apareció entre otros pero solo uno tenia la palabra montaña después de Gallego, en los enlaces estaba el de LinkedIn y le di para comprobar por tu perfil si eras de verdad aquel buen amigo y compañero que formaba parte del grupo de chavales (Canito, Enrique, Tacho, Javier, Antonio, tu Carlos y yo) que empezamos juntos a trepar riscos, eran los 70 recién comenzados, todavía no eramos del Maliciosa y yo creo que ni federados algunos como era mi caso, para ello me apunte al Culmen, creo recordar que en este club estábamos casi todos.
      Encontré también tu blog y después de estar un buen rato leyendo sobre tus recuerdos de aquellos años pasados llegue a esta entrada sobre los Galayos de nuestros comienzos y cuando comentas la primera experiencia en ellos, en aquella primera salida no estoy seguro de haber ido con el grupo, pero casi seguro que estuve yo, en la que si que estuve es el día que subisteis a la aguja negra por primera vez, al ver la foto tuya con Canito me vinieron los recuerdos de aquel día pues yo llevaba rato aguardando sentado en la puerta del Victory a que regresarais, estaba preocupado pues atardecía, ya no quedaba nadie y temía que hubiera ocurrido algún percance, por suerte no fue así pero se hizo tan tarde que nos toco bajar corriendo hasta Guisando. Recordaras que Canito termino en el pilón de la fuente del pueblo pues era la costumbre de tirar al último en llegar si provocaba el retraso a Goyo y demás compañeros el retorno a Madrid.
      Cuando comentas las salidas a Pedriza, Cabrera, Circo de Gredos, Maliciosa y sin olvidar Abantos en el Escorial donde estrené mi primer saco de plumas, me vienen a la memoria montones de recuerdos y anécdotas entre ellas están las de aquellos vivac que hacíamos en en todas condiciones climáticas, muchas buenas pero otras lamentables. Por desgracia para mi y en contra de mi deseos me vi imposibilitado a continuar con aquel grupo inicial de amigos. El golpe mas grande que me impidió seguir el ritmo vuestro y que fue un punto de inflexión del que no me pude recuperar, fue la imposibilidad de acompañaros al Vignemale aquel mes de agosto por culpa de mi padre que se negó en redondo a firmar la autorización necesaria en la época para conseguir el pasaporte y poder pasar a Francia. Al margen de todo esto comencé a trabajar en el hotel Cuzco y solo libraba los lunes, esto hizo que me fuera imposible acompañaros a la montaña, solo pude continuar gracias a Antonio Trabado, que el hombre, aunque hubiera estado sábado y domingo en la sierra, salio algunos lunes a escalar conmigo, una escalada que no olvido fue cuando hicimos él y yo la Vikinga del Yelmo, de ese día tengo algunas fotos en blanco y negro que me hizo y me dio Antonio.
      Bueno no quiero alargarme mas, espero que con lo que hasta aquí he escrito me ubiques y me recuerdes. Solo una cosa mas, el ultimo día que nos hemos visto y estuvimos charlando un rato fue a la puerta del refugio de Gredos, entre otras cosas me estuviste contando tu primera experiencia en la selva de Perú, de los peligros naturales del lugar y del sabor de la carne del caimán. Hará de esto al menos 26 años.
      Para mi a sido un placer encontrarte, aunque haya sido de esta forma tan impersonal como es Internet; hubiera querido mejor enviarte un correo privado aunque hubiera sido por medio de LinkedIn pero no ha sido posible pues no estamos conectados y sin tener cuenta premium no me permite escribirte.
      Un fuerte abrazo de tu "viejo" compañero de montañas y fatigas,
      Miguel Angel Flores

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    5. Tremendo, Miguel Ángel... Tu memoria es prodigiosa, repleta de detalles. El detalle de "Canito directo al pilón" solo lo conocen amigos como tú. Me alegro mucho de volver a encontrarte por aquí, es lo que tiene de bueno esto de la "red social". Te recuerdo como "aquel muchacho que desapareció un día" y, sin embargo, vivimos junto con los otros amigos unas cuantas aventuras.
      Ya habrás comprobado que trasteo por el blog, con recuerdos. Será un placer disponer de más recuerdos de otros y, si es posible, fotitos añejas.
      Este es mi correo: carlosgallego08@gmail.com
      Un fuerte abrazo, Miguel Ángel.

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    6. Carlos sabia que me recordarías pues fueron los comienzos de los comienzos cuando estuvimos juntos y después la vida nos llevo por distintos caminos si bien no deje de escalar y salir a las montañas, mi última licencia federativa es del año 2001 y no creas que no lo echo de menos, pero entre otras cosas yo soy, tal vez, mas nostálgico que tu y el ambiente montañero ha cambiado tanto que no me siento a gusto en la montaña de ahora.
      Con relación a la memoria, la tuya tampoco es pequeña y lo demuestras en todos los detalles que cuentas en este tu blog, podría contarte montones de recuerdos de momentos que compartimos, algunos personales que estarían bien para unas largas charlas juntos tomando unos tés o unas cervezas, como prefieras, otros que tal vez los pudiera compartir aquí con quien quiera leerlo y tal vez lo haga.
      Fotos, ya me gustaría tener muchas de aquellos tiempos "históricos" pero por desgracia entonces no tenia una cámara en condiciones, con los escasos ahorros de entonces pude comprar una Kodak Instamatic 25 y alguna fotillo conservo, se que tengo alguna de aquel día en el Camello de la Pedriza que fuimos compañeros de cordada y creo que también otras de Abantos. Por aquel entonces lo que menos me preocupaba era llevar yo cámara ya que siempre había compañeros que tenían y llevaban las suyas.
      Precisamente ya me gustaría ver de nuevo las fotos en las que yo aparezco y que seguro que aun conservan, Juan Lupión me saco algunas muy buenas escalando con el en los Galayos, las últimas que me hizo fué en las Berroqueras cuando repetimos por primera vez una vía que el abrió y que llamo la "vía-crucis", ahora no se si se conservará con ese nombre, el se empeño en que hicieramos los dos primeros largos de noche porque quería vivaquear en un "nido de aguila" cerca del medio de la pared y continuamos al día siguiente hasta la cumbre.
      También tiene fotos mías Fidel Molinero cuando hicimos juntos un día de enero el Cerro de los Huertos, el Ameal de Pablo y terminamos subiendo Risco Moreno, por aquel entonces estaba Miguel Angel Vidal de guarda y el refugio era como nuestra casa.
      Raul Mendizabal tiene que tener fotos en las que aparezco yo, Felipe de Valle (te acordaras que llevo un tiempo el material del club Maliciosa) me hizo muchas fotos y para que seguir pues seria muy largo y aburrido enumerar la lista de amigos comunes que me fotografiaron. Cuando se hacían proyecciones de diapositivas en el Maliciosa yo mismo me sorprendía de estar en algunas que no había visto hasta que se proyectaban.
      Después de la etapa del Maliciosa y ya con una buena cámara propia si que tengo muchas diapositivas de Guadarrama, Gredos, Pirineos y de los Alpes; lo que no se si se conservaran bien pues hace mucho que no las proyecto ni las miro.
      Después de aquel muchacho que recuerdas nos vimos algunas veces mas ya no siendo tan muchachos. Una tarde ya mocitos nos encontramos yendo yo de primero en la Rivas-Acuña del Pájaro y tu saliendo de la Loquillo, ese momento lo tengo clarísimo en mi mente, también me acuerdo del último vivac que compartimos en el Tolmo, íbamos con distinta gente, nos encontramos por casualidad, estuvimos charlando y cenando juntos antes de embutirnos en los sacos y dormir pegados unos a otros, después seguro que coincidimos alguna vez mas, la última de hace unos 26 años ya te la comente arriba y podría ampliar algunos detalles mas de ese momento sentados a la puerta del refugio de Gredos.
      Bueno voy a parar porque se me amontonan tantos recuerdos que llenaría varias paginas.
      Tomo nota de tu correo y te escribiré para contarte y preguntarte cosas mas personales.
      Si te parece podemos conectar en LikedIn, yo acabo de darle al botón "conectar"
      Hasta muy pronto Carlos.

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