Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


jueves, 20 de febrero de 2020

La aventura de fabricar un piolet clásico con mango de madera

Tarde cálida de un febrero que parece primavera temprana... bueno, a la madrugada siempre escarcha, pero al mediodía calienta y se animan los brotes de arbustos, que no aguantan aguantar.
Escuchamos las grullas, mucho antes de llegar... cosas de su potente grito... Y me asomo a la dehesa castellana, mirando a un cielo azulón y limpio como el agua de una Patagonia que conocí; ahí "andan", mejor vuelan, enredadas en bandadas que no tienen claro quién marcará el norte... el norte que ahora buscan para abandonar nuestro invierno.

No me da tiempo a "desenfundar" la cámara y allá que desaparece la bandada, igual que apareció... No hay problema, volverán y estaré más listo.
Regreso a la pantalla del ordenador que ordena parte de mi vida... se ponga uno como se ponga, y entonces ¡zas! veo una noticia sobre alguien que da una charla en la librería Desnivel... y dice ¡tranquilamente! que se puso manos a la obra para fabricar un piolet de mango de madera ¡de los de antes!
Si no lo leo no lo creo.

El caso es que, cosas del destino, nos encontramos y charlamos... así suceden algunas cosas en la vida.

... Chema Lanillos en la librería Desnivel...

"Cuando decidí fabricar, con mis propias manos, una reproducción de un piolet "antiguo" con mango de madera de los años 40, no sabía que emprendía una aventura, tanto de investigación sobre la historia de los piolets, como de muchas horas de trabajo en taller y búsqueda del diseño apropiado.
Esta aventura me llevó a conocer magníficas e interesantes historias de alpinismo que disfruté muchísimo; además de empezar a ver muchos libros de montaña antiguos que yo tenía de forma diferente, fijándome en las fotografías y en los detalles de los piolets.


Yo llevaba tiempo detrás de comprar un piolet antiguo de mango de madera y finalmente, después de mucha búsqueda, encontré lo que buscaba en una tienda de objetos de segunda mano en el Rastro de Madrid (España), tiendas y mercado callejero de segunda mano.

Era un Stubai (austriaco) de aproximadamente el año 1945, sin agujero en la cruz de la cabeza del piolet, lo que delataba su antigüedad. Y me dije: ¿por qué no fabricar yo mismo un piolet igual como reto de bricolaje? Pero ¡Ay, amigo! Qué fácil se ven las cosas, cuando se piensan en la cabeza y cuantas dificultades aparecen en la puesta en práctica.

Aparte de encajar bromitas de los amigos, sorpresa de mi mujer y negativas de talleres, herreros y otros profesionales del gremio, en colaborar o ayudar, tuve que armarme de paciencia e imaginación para solventar los problemas técnicos y económicos de proyecto.

Por ejemplo: sacar un molde/modelo en resina, de la cabeza del piolet que yo había comprado, por parte de un modelista profesional, con el que luego poder sacar una pieza metálica en la fundición, costaba unos 120€ ¡solo el molde modelo! Demasiado caro para mí y especialmente para un proyecto en el que no se le veía más beneficio que el de ver, un día, el piolet colgado en el salón de mi casa. Por lo que decidí hacer el modelo para el molde, yo mismo, con madera y muchísima... muchísima paciencia.


Como en éste caso, ya no era sacar un molde del piolet que había comprado, tenía la oportunidad de hacer uno a mi gusto. Esto me permitió hacer la pala un poco más pequeña, como los piolets más evolucionados y aumentar la curvatura de la hoja, como hizo Yvon Chouinard en su día.
También, posteriormente y en el diseño del mango, acorté la longitud, aproximándome a la evolución que tuvieron los piolets a partir de los años 60.

Y finalmente, después de muchas horas de lija, lima, medidas, calibre, virutas de metal y madera, por todos lados...Y vueltas y más vueltas, salió un piolet de mango de madera... pero su aspecto no era precisamente el de ser antiguo; por lo que otro reto fue intentar que algo, fabricado hace dos semanas, pareciera que tenía 50 años.

Resuelto el tema del envejecimiento, quedaba bautizar a éste nuevo modelo ¡único en el mundo!
Como a algunos piolets se les puso, en su día, el nombre de "Chamonix", en honor al nombre de ésta conocida población de los Alpes franceses... El mío, pensé, haciendo referencia a que me llamo Chema ¡le bautizaría "Chemanix"!


Finalmente quise compartir, en una conferencia de la Librería Desnivel, ésta aventura de la construcción del piolet, además de pegar un repaso a la historia de los piolets, desde el siglo XVIII  hasta la actualidad y llevar a la gente a conocer personajes clave en la historia de ésta herramienta emblemática del alpinismo... Y como fueron evolucionando las técnicas de la escalada en hielo.

Tanto para preparar ésta conferencia, como para diseñar y construir el piolet, consulté varios libros de montaña, catálogos... e investigué en muchas fuentes de "Internet", entre las que me encontré el magnífico "blog" de Carlos Gallego (Montaña y Alpinismo Clásico), que me permitió profundizar en algunos temas y obtener algunas fotos de ejemplares de piolets míticos.
Más adelante me animé, junto con mi mujer, a visitar la preciosa casa de turismo rural que tiene Carlos, en las cercanías de la Sierra de Gredos... Y pasar unos buenos ratillos charlando sobre montañas, libros y piolets.
Además de, por primera vez, poder empuñar un verdadero piolet escocés "Terrordactyl". Todo un lujo.


... Papel higiénico como referencia de tamaño (38 cm. de piolet "Terrordactyl")...

*Chema Lanillos ha sido profesor de la Escuela Madrileña de Montañismo y es titulado como guía acompañante de montaña. Ha trabajado como técnico y formador de trabajos verticales y ha sido miembro, durante siete años, del grupo de rescate en montaña de la Cruz Roja.
Enamorado del alpinismo clásico, coleccionista de libros antiguos de montaña y visitante de las principales cadenas montañosas en los seis continentes.

2 comentarios:

  1. Qué bueno Carlos, acabo de leerte esta entrada y como siempre, me ha encantado!
    Un abrazo

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