Hubo un tiempo en el que no existía Internet... ni teléfonos móviles... ni fax... ¡vamos... que para comunicar algo era necesario quedar en el bar!... mmm... quizá algo hemos perdido en el camino.
Bromas aparte - algo de cierto tienen -... los libros de piadas de los refugios conservan una buena parte de la historia de la escalada, en todos los macizos montañosos donde existieran cuatro paredes de piedra y un guarda... lugares que siempre cobijaron sueños, alegrías y tristezas de los montañeros dispuestos a conocer.
El refugio Elola de la Laguna Grande, en el circo de Gredos, también tuvo - y sigue teniendo - sus propios libros de piadas... los de los años 80 tan manoseados que a veces parecen un manojo de pergaminos de la Edad Media; muchas de sus páginas restauradas con parches de celofán... ¡cuantas manos pasaron hojas y arrastraron el dedo por el papel!.
Sus páginas rebosan de textos inspiradores, también jocosos... e incluso ácidos de largo... hay de todo en la viña; párrafos de amores... poetas... dibujantes con estilo propio... encuentros de amigos... chavales en excursión de colegio... gentes de pueblos cercanos... turistas allende los mares... montañeros entusiastas... escaladores noveles... otros que parecen pertenecer al paisaje, como el mismo Almanzor que todo lo domina... y - en relación a algunas escaladas - hasta "piques" que siempre se resolvieron con unas cervezas... esto no es nuevo del siglo XXI.
Las reseñas de nuevas rutas o repeticiones, principalmente en los años iniciales, mantienen un toque "básico"... es decir... una línea con reuniones y grados... ¡allá cada uno con su conciencia!; aquí tenemos como muestra algunas de las "informaciones" que rellenan una página en blanco... "Vía de los Ajos" y "Vía de los Abulenses"... ¡tu verás!.
También están los artistas del dibujo... aquellos que aprovechaban las esperas de la madrugada, días de ventisca furiosa o la hora de los macarrones con tomate para dar suelta a su desbordante imaginación con bolígrafo "Bic"... azul, rojo o negro... suficiente; a veces rotuladores olvidados por visitantes despistados.
Estos son caso aparte... gentes, como Enrique Vidal Caballero y Rafa Gómez Menor, que nos ofrecieron amistades y momentos inolvidables... así como una parte de su legado artístico; ya no están entre nosotros y desde aquí mi pequeño homenaje.
En ocasiones se amontonan los datos... mezclando información, en la misma página, de otros sectores... como si el papel fuese un bien escaso y aprovechable hasta el último espacio blanco.
Nunca fue problema que al dibujo inicial se le añadieran notas y más notas... y esto realizado por otros escaladores distintos al artista original... como admitiendo que no podrían mejorarlo; solo quedaba pues añadir texto.
También encontramos croquis "exhaustivos"... con datos y pinceladas artísticas, incluso de algún sector de una vía... solo los largos más relevantes; a cambio contemplaremos como el artista tuvo tiempo suficiente para dibujar no solo itinerario y grados... también equipamiento y notas de interés.
Siempre me parecieron pequeñas joyas... vistosas y agradables a la vista... como que animaran a recorrer la roca que representan.
Cuando una ruta conseguía un cierto prestigio... los siguientes repetidores - a veces los mismos que la inauguraran - volvían a dibujar, marcar y anotar nuevos datos... una información más precisa para los futuros escaladores; esto tiene un valor importante... demuestra el deseo de compartir y, por supuesto, comunicar si algún tramo rebelde pudo ser liberado.
También se incluían anotaciones ajenas a la escalada... la Charca Esmeralda siempre fue un lugar para establecer relaciones sociales con las bañistas turistas... pero se recomendaba "estar al loro" con la escalada... que luego pasa lo que pasa.
Los libros de piadas tienen el valor de las cosas irrepetibles... y en ellos todo el mundo deja su impronta, de ahí que cuando se hojean aparecen datos, aclaraciones, detalles... que ya nadie recuerda y puede llegar el caso de encontrar itinerarios que jamás aparecieron en guía alguna... esto es muy común en Gredos.
Hoy en día parece más habitual reseñar... ya sea en libros de piadas, webs o blogs... las aperturas o itinerarios recorridos... aunque todavía quedan gentes que adoran los "secretivos"... allá cada uno con sus querencias.
Sobre los grados o exposición de las vías descritas... mejor ni hablar... simplemente entender que en la década de los años 80 la escala de dificultad - aunque ya empezaba a cambiar - aún seguía cerrada y por lo tanto el VI grado se mantenía como un techo que cortaba caminos... de ahí que los grados "ochenteros" que aparezcan por algún sitio siempre deben revisarse al alza.
La exposición era un concepto nada utilizado... lo normal era que todo fuese expuesto, así pues nadie requería información sobre éste tema... simplemente se daba por entendido.
Hoy día... saturados de información escrita en guías de celulosa, foros y páginas de Internet... estas reseñas, dibujos y anotaciones serían consideradas como una broma pesada... incluso - tal y como va el mundo - podrían denunciarse y un juez "moderno" fallar en favor del demandante.
Por aquellos años... ya hemos hablado en otro artículo del espíritu de los 80... todo el mundo se afanaba en comunicar al resto los nuevos descubrimientos o repeticiones que se desarrollaban en el circo de Gredos y todos agradecíamos cualquier información, sin reclamaciones posteriores.
Recuerdo perfectamente cuando grupos de amigos se arremolinaban en torno al que salió a la terraza... libro en la mano, dispuesto a visualizar por donde iría ésa ruta que los dibujos marcaban... y todos se dejaban los ojos, en la roca de enfrente y las páginas que la contenían... pensando que seguramente mañana sería el día.
Bromas aparte - algo de cierto tienen -... los libros de piadas de los refugios conservan una buena parte de la historia de la escalada, en todos los macizos montañosos donde existieran cuatro paredes de piedra y un guarda... lugares que siempre cobijaron sueños, alegrías y tristezas de los montañeros dispuestos a conocer.
El refugio Elola de la Laguna Grande, en el circo de Gredos, también tuvo - y sigue teniendo - sus propios libros de piadas... los de los años 80 tan manoseados que a veces parecen un manojo de pergaminos de la Edad Media; muchas de sus páginas restauradas con parches de celofán... ¡cuantas manos pasaron hojas y arrastraron el dedo por el papel!.
Sus páginas rebosan de textos inspiradores, también jocosos... e incluso ácidos de largo... hay de todo en la viña; párrafos de amores... poetas... dibujantes con estilo propio... encuentros de amigos... chavales en excursión de colegio... gentes de pueblos cercanos... turistas allende los mares... montañeros entusiastas... escaladores noveles... otros que parecen pertenecer al paisaje, como el mismo Almanzor que todo lo domina... y - en relación a algunas escaladas - hasta "piques" que siempre se resolvieron con unas cervezas... esto no es nuevo del siglo XXI.
Las reseñas de nuevas rutas o repeticiones, principalmente en los años iniciales, mantienen un toque "básico"... es decir... una línea con reuniones y grados... ¡allá cada uno con su conciencia!; aquí tenemos como muestra algunas de las "informaciones" que rellenan una página en blanco... "Vía de los Ajos" y "Vía de los Abulenses"... ¡tu verás!.
También están los artistas del dibujo... aquellos que aprovechaban las esperas de la madrugada, días de ventisca furiosa o la hora de los macarrones con tomate para dar suelta a su desbordante imaginación con bolígrafo "Bic"... azul, rojo o negro... suficiente; a veces rotuladores olvidados por visitantes despistados.
Estos son caso aparte... gentes, como Enrique Vidal Caballero y Rafa Gómez Menor, que nos ofrecieron amistades y momentos inolvidables... así como una parte de su legado artístico; ya no están entre nosotros y desde aquí mi pequeño homenaje.
En ocasiones se amontonan los datos... mezclando información, en la misma página, de otros sectores... como si el papel fuese un bien escaso y aprovechable hasta el último espacio blanco.
Nunca fue problema que al dibujo inicial se le añadieran notas y más notas... y esto realizado por otros escaladores distintos al artista original... como admitiendo que no podrían mejorarlo; solo quedaba pues añadir texto.
También encontramos croquis "exhaustivos"... con datos y pinceladas artísticas, incluso de algún sector de una vía... solo los largos más relevantes; a cambio contemplaremos como el artista tuvo tiempo suficiente para dibujar no solo itinerario y grados... también equipamiento y notas de interés.
Siempre me parecieron pequeñas joyas... vistosas y agradables a la vista... como que animaran a recorrer la roca que representan.
Cuando una ruta conseguía un cierto prestigio... los siguientes repetidores - a veces los mismos que la inauguraran - volvían a dibujar, marcar y anotar nuevos datos... una información más precisa para los futuros escaladores; esto tiene un valor importante... demuestra el deseo de compartir y, por supuesto, comunicar si algún tramo rebelde pudo ser liberado.
También se incluían anotaciones ajenas a la escalada... la Charca Esmeralda siempre fue un lugar para establecer relaciones sociales con las bañistas turistas... pero se recomendaba "estar al loro" con la escalada... que luego pasa lo que pasa.
Los libros de piadas tienen el valor de las cosas irrepetibles... y en ellos todo el mundo deja su impronta, de ahí que cuando se hojean aparecen datos, aclaraciones, detalles... que ya nadie recuerda y puede llegar el caso de encontrar itinerarios que jamás aparecieron en guía alguna... esto es muy común en Gredos.
Hoy en día parece más habitual reseñar... ya sea en libros de piadas, webs o blogs... las aperturas o itinerarios recorridos... aunque todavía quedan gentes que adoran los "secretivos"... allá cada uno con sus querencias.
Sobre los grados o exposición de las vías descritas... mejor ni hablar... simplemente entender que en la década de los años 80 la escala de dificultad - aunque ya empezaba a cambiar - aún seguía cerrada y por lo tanto el VI grado se mantenía como un techo que cortaba caminos... de ahí que los grados "ochenteros" que aparezcan por algún sitio siempre deben revisarse al alza.
La exposición era un concepto nada utilizado... lo normal era que todo fuese expuesto, así pues nadie requería información sobre éste tema... simplemente se daba por entendido.
Hoy día... saturados de información escrita en guías de celulosa, foros y páginas de Internet... estas reseñas, dibujos y anotaciones serían consideradas como una broma pesada... incluso - tal y como va el mundo - podrían denunciarse y un juez "moderno" fallar en favor del demandante.
Por aquellos años... ya hemos hablado en otro artículo del espíritu de los 80... todo el mundo se afanaba en comunicar al resto los nuevos descubrimientos o repeticiones que se desarrollaban en el circo de Gredos y todos agradecíamos cualquier información, sin reclamaciones posteriores.
Recuerdo perfectamente cuando grupos de amigos se arremolinaban en torno al que salió a la terraza... libro en la mano, dispuesto a visualizar por donde iría ésa ruta que los dibujos marcaban... y todos se dejaban los ojos, en la roca de enfrente y las páginas que la contenían... pensando que seguramente mañana sería el día.