Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


jueves, 15 de agosto de 2013

Refugio Elola... miradas de un guarda

Óscar Morales Moreno... Óscar para los amigos, que son muchos gracias a él, ya pertenece a la historia del Circo de Gredos... como el Almanzor y la Laguna Grande... al paraje que los contiene.

Nos conocimos en los años 90 y nos encordamos juntos - esto, por alguna razón que no alcanzo a comprender, mérito suyo por soportarme -... vivimos juntos aventuras por los Alpes que siempre recuerdo vivamente... navegando por las Droites y el Cervino... con rumbo fijo pero sin puerto seguro.

Ahora que nos cuenta sus sentimientos... anhelos, sueños y vivencias... me asaltan, de nuevo, recuerdos imborrables de mis años por ésas tierras que me vieron crecer como alpinista... Gredos en los 80... cuando la mirada era diferente, aunque descubro por las palabras de Óscar... qué poco cambian los corazones de generaciones distintas cuando miran lo mismo.


Han pasado los años, así nos lo relata Óscar, pero nada cambió en la esencia que hechiza a todo aquel que se inicia en éste territorio... pequeño y bravo... amable y feroz... donde nunca nada es igual que la vez anterior... donde siempre se descubre un nuevo risco, un canalón salvaje que nos introduce en otro espacio, una vista que nunca vimos, un manantial que siempre mana, una pradera alpina escondida, una pedrera infinita... o una nueva linea a escalar.

Tenemos pendientes cosas que nos quedaron pendientes... ya veremos... que el tiempo pasa y cada uno persigue su sueño; eso es lo importante... y por supuesto yo le deseo lo mejor que la vida ofrezca... familia, amigos y proyectos para seguir viviendo.

Ahora Óscar es un alpinista maduro, fuerte, noble y generoso... siempre mirada limpia y brillo en los ojos - fijaos siempre en esto -, dispuesto al esfuerzo... y el "ángel" que vigila los pasos de los que se adentran por el circo de Gredos; podéis contar con la "cuadrilla" que dirige... sin reservas ni lamentos... ahí estarán si llega el momento.

Me alegro infinito de haberle conocido... soy un tipo con suerte por encontrar gentes valientes; hace ya tiempo que él sabe que lo importante es el camino... y eso no es fácil de asumir... aunque pudiera parecer sencillo de entender...

"Brotas derecha o torcida
con esa humildad que cede
solo a la ley de la vida,
que es vivir como se puede.
El campo mismo se hizo
árbol en ti, parda encina"
(A. Machado)

Aquí os dejo el texto que Óscar me remite.

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Bueno, amigo Carlos, me ha costado ponerme a escribir pero en ningún caso se me ha olvidado lo prometido.

Mis primeros recuerdos de Gredos y su Laguna Grande me llevan a cuando tenía 10 años y mis padres me llevaban a descubrir rincones tan bellos como aquel; años más tarde, de la mano del amigo Santi, volvía a descubrir Gredos y fue él quien me presentó a la "peculiar" gente que vivía y trabajaba en aquel lugar, a su vez tan peculiar y diferente.

De alguna manera supe que era esto lo que llevaba esperando desde hacía unos cuantos años, en los que me golpeaba curso tras curso contra los muros de la Universidad y el trabajo de oficina.

Así fue como me ofrecí a Miguel Ángel para trabajar en el verano de 1992; lo que descubrí y viví durante ésas intensas semanas me llevó a tomar la decisión de cambiar de vida, apostar por el rock&roll siempre que el amigo Miguel me aceptara para la temporada de invierno que pronto empezaría.

El acuerdo fue fácil, yo estaba decidido definitivamente a cambiar de oficio y Miguel necesitaba personal, solo puse una condición: que Miguel fuera mi particular maestro de Alpinismo y Escalada, cosa que aceptó y cumplió siempre, y a mi me ha servido para aprender de uno de los más completos profesionales del mundo de la montaña, tanto como Guarda o Guía de Montaña.

... siempre mejorando...

Rápidamente tuve que ponerme las pilas en la multitud de tareas y oficios necesarios para trabajar como guarda en un refugio de Alta Montaña; de la mano de Inma, el Súper, Santi, Marta, Emilio... empecé a descubrir en qué mundo me había introducido.
Fueron años duros pero la juventud puede con todo y ganas no me faltaron. Era la primera vez que tomaba una decisión de aquel calibre. Era mi apuesta y quería ganarla.

Aprendí, o al menos lo intenté, a cocinar, realizar cualquier trabajo de mantenimiento (fontanería, carpintería, pintura, etc.), temas contables, caballos y su carga, primeros auxilios, comunicaciones y trato con las gentes en un sitio como éste; cuestión que, después de 21 años, me sigue fascinando, convencido de que es imposible no aprender algo de todos y cada uno de los días que paso en el Circo de Gredos.

... el trayecto...

21 años... 21 años trabajando en el mismo lugar, en la misma empresa. El mismo trayecto al trabajo. La misma vuelta a casa. Las mismas vistas cuando salgo a la terraza. Los mismos horarios. Los mismos problemas con los compañeros. Las mismas preguntas del público. Las mismas lentejas y huevos fritos. Las mismas esquiadas y escaladas. Las mismas averías. La misma nieve en la puerta del refugio. La misma tubería congelada que te deja meses sin agua corriente. Las mismas pocas horas de sol en invierno. Las mismas...

21 años creciendo sin parar, desde el primer instante. Aprendiendo de mí y de las personas. Limpiando la nieve, que nunca se acumula igual. Descongelando la tubería, que nunca se congela en el mismo sitio. Compartiendo con decenas de compañeros, que nunca son los mismos, y que de ser los mismos no son los mismos problemas. Contestando a las mismas preguntas, pero de distintas personas. Disfrutando de cada día de subida, y de bajada. Disfrutando del sol, del viento, de la nieve, de la lluvia, de la noche, de la niebla, del hielo.

Escalando la misma ruta, que nunca jamás fue la misma. Descendiendo con esquís la misma canal, que jamás fue igual. Conociendo a personas y personajes de toda condición. Haciendo amistades que ya duran muchos años, y sabiendo que durarán muchos más. Compartiendo, bajo el mismo techo, con tantas y tantas personas.

... relax con amigos...

Cuando llega alguien, joven casi siempre, y te cuenta que un recuerdo que tiene de pequeño en Gredos... es verte a ti realizando alguna de las tareas de guarda (porteando nieve en verano, o con los caballos, o arreglando una tubería en invierno) y además es alguien con el que llegas a trabajar o sabes que influiste en su trayectoria profesional, o que te pide trabajo para el próximo verano... me obligo a pensar que quizá lleve ya demasiado tiempo por aquí. Y que ya es hora para desplegar las velas y buscar otros rumbos. De que es hora de menearse, de cambiar de mirador en la vida.

... compañeros de fatigas...

!PERO COÑO!, ES QUE SIGO DISFRUTANDO DE TODO ESTO Y QUIZÁS SIGA UN RATO MÁS.

... cargas raritas...

Eso sí, hace tiempo me hice una promesa: el día que cuando llegue a los Barrerones, y el momento en que el Circo de Gredos va "apareciendo", poco a poco, no me revuelva las tripas y me emocione - aunque sea un poquito - prometo dejar las llaves del refugio al primero que pase y darme la vuelta, camino de otro lugar.

... la familia...

Tampoco se me ha olvidado, Carlos... que algún rato de éstos tenemos que volver a darnos una vuelta por "ésa norte"... un fuerte abrazo, amigo.

Una canción: "Ahora, que han pasado los años, intensamente vividos, exprimidos, sigo en forma, no estoy cansado y tengo decidido retrasar el final. Ahora puedo decirlo más alto pero no puedo más claro, todo lo que en el mundo he amado es una canción, un teatro y a ti".

... un invierno en la norte del Cervino...






Óscar Morales Moreno

*Guía Alta Montaña UIAGM.
*Guarda Refugio Elola.

8 comentarios:

  1. Grande Oscar, algunos aprendimos mucho en los pocos ratos compartidos, ganas de verte por los Picos !!

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  2. El aprendizaje fue recíproco amigo Fernando. Aquí o allí seguro que nos vemos.

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  3. Hola Carlos, algunos comentarios y fotos de Oscar, me han re-memorado cuando pise por primera vez gredos con un amigo (Pedro Rodriguez), concretamente a pies del Refugio Elola fue en 1980, cuando podías acampar libremente a orillas de la Laguna, y los ciervos la rodeaban cuando amanecía, acercándose para saciar su sed y sin querer mezclandote con ellas, también el recuerdo de que los viveres para el refugio los traían en burro, (los ví por el sendero desde la plataforma) recuerdo que cenamos una de las noches en el Refugio con latas nuestras y les pedimos pan y ya no tenían un grupo al lado de nuestra mesa que lo oyeron nos ofrecieron un chusco de pan pueblo, que nos supo a gloria. Melancolía es exactamente la palabra de lo que siento, mas que por lo hacía por esos lares que no era mas que vivaquear y disfrutar de la naturaleza, es por los años que han pasado (33 desde entonces) y hasta hace un par de años no he vuelto a la montaña, eso sí con otras perspectivas y ambiciones muy diferentes.
    Saludos
    Antonio Fdz.

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    1. Hola, Antonio... desde luego que las cosas han cambiado desde entonces... pero no cambia la mirada hacia Gredos, pase el tiempo que pase.
      Creo que "se te fue el dedo" con eso de los ciervos... jejejej... digo yo que serán cabras, cosa del entusiasmo que aún demuestras.
      Un cordial saludo.

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    2. Efectivamente Carlos, se me fue el dedo, eran Cabras montesas,... también puede ser porque justo este fin de semana en la Sierra de Malagón por primera vez en mucho tiempo vi ciervos, intenté hacerles unas fotos y se me fueron y el subconsciente sigue con los Ciervos.
      Un Saludo
      Antonio Fdz.

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  4. Oscar, estamos orgullosos de ti. Te queremos

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  5. Siempre que llego al refugio y una gran sonrisa me recibe y luego un abrazo sincero, me siento en mi casa. Gracias amigo, y gracias Carlos por convencer a Oscar a escribir estos recuerdos que son compartidos por muchos.

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  6. Amigo Carlos, es imposible devolverte la mirada sin una sonrisa. Y sería difícil darte un abrazo que no fuera sincero. Sin dudarlo eres uno de esos compañeros que he ido conociendo en Gredos y que rato a rato hemos sabido ir disfrutando de los momentos y de Gredos.

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