Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


jueves, 27 de diciembre de 2012

Intentos al Dru

Conviene gestionar el fracaso con la misma gracia que un comentario impertinente... un ligero juego de cintura y cambio de tercio sin despeinarse.
Esto lo digo con la entereza que me proporciona haberme bajado de más sitios a los que subí... aunque, bien es cierto, en los inicios de estos caminos de la montaña... los "fracasos" me ocasionaban algún disgusto y pensamientos negativos.

Si de algo se debe estar orgulloso sería precisamente de "sobrevivir" a los intentos, abandonos o huidas... de ésas paredes que no se dejaron recorrer... incluso puede ser que estuvieran listas para recorrerse... pero, por algún motivo, no pudo ser.

Dispongo de una buena lista... así que empezaremos por ésta... la Aig. du Dru... los Drus, para los amigos.
La norte clásica Allain/Leininger mereció un par de intentos antes de colocarnos en todo lo alto... algo imprescindible para alpinistas de la vieja escuela... donde la cumbre cuenta hasta el último metro.

Un verano, principios de los años 90,  salimos del camping "Mer de Glace" en Chamonix abrasándonos los labios con el café hirviendo... dispuestos a no perder el primer teleférico hacia Grand Montets; la idea era entrar directos a la norte... ligeros y rápidos como galgos manchegos tras la liebre veloz.
Nos recibía un día radiante y, curiosamente, nadie encaminó sus pasos tras los nuestros... ni siquiera subían alpinistas desde Montenvers, estaríamos solos... ¡que alegría!.

Alcanzamos el glaciar de Nant Blanc sin contratiempos y empezamos a recorrerlo... sorteando algunas grietas abiertas... todo estaba perfecto en calidad de nieve dura y el glaciar mostraba el camino sin trampas; puestas así las cosas... no consideramos oportuno encordarnos... solo sería necesario no tropezar y mantenerse alerta.

Serían las nueve de la mañana cuando enfilamos la pendiente en descenso que acaba justo en el pequeño islote rocoso a los pies de la Aig. Sans Nom... un buen vivac desde el que ya solo queda remontar el cono de acceso a la pared... sorteando una grieta sucia y oscura.

Avanzamos separados por una buena distancia... en torno a 15 metros, cuando oigo un grito y me giro... justo al tiempo de ver al compañero caer de bruces y voltearse. Se ha enganchado un crampón por detrás de las cintas de cierre de la mochila: una sensación desagradable, conocida y peligrosa... como si te sujetaran el pie por la espalda.

Intenta la "autodetención"... pero le rebota el piolet en la nieve dura y empieza a deslizarse a velocidad considerable...  si no consigue parar en los primeros metros...  no habrá remedio.
Clavo un piolet, afianzo la postura y le espero... pasa a mi lado como una exhalación, logro trincarle el cuello de la chaqueta... pero se me escapa y va directo hacia la grieta final, golpeándose contra algunas piedras que emergen, como cuchillas, de la pendiente de nieve.

El tercer compañero y yo nos miramos por un instante... si no se detiene de alguna forma, la cosa será fea.
Pero lo cierto es que se detiene a un par de metros de la negrura; ha logrado, seguramente de manera intuitiva, agarrar un filo de la última roca y... aunque se hace unos cortes importantes... no suelta presa y se para.

El día sigue siendo espléndido... pero ya nada es igual para nosotros.
Le trasladamos al vivac de la zona rocosa... le abrigamos y metemos en la funda de vivac; está en "shock"... un estado de estrés agudo.

... ¡ahí se quedan (plataforma rocosa) a la espera!...


Si antes bendecíamos la soledad... ahora renegamos de ella. Ni siquiera sobrevuelan los helicópteros que suelen hacerlo por ésta frecuentada zona... ¡joder!.

No queda más remedio que buscar ayuda, así pues elijo desandar el camino y subir de nuevo a Grand Montets... mientras el otro compañero se encarga de mantener caliente y preparar caldos al herido; hay que evitar a toda costa que avance la hipotermia.

Les dejo la mochila y comienzo la ascensión sin prisa pero sin pausa... hasta que casi tres horas después comunico la situación en la estación del teleférico, donde por cierto me tratan excelentemente... ofreciéndome un termo de café y "croissants" de dimensiones descomunales.

Pocos minutos después ya veo al helicóptero que serpentea en ascenso... recorriendo el glaciar a la búsqueda de los compañeros.


Todo se resuelve en poco más de media hora, tanto es así... que me da tiempo para acercarme a saludar al piloto, ya de regreso del vuelo y de nuevo en el pequeño helipuerto de la estación. Me dice que ha dejado a los compañeros en el hospital de Chamonix... y que no me preocupe... todo estaba en orden.

Misión cumplida... me entra la flojera del descanso.


Pocos meses después del suceso relatado... en pleno mes de febrero, un invierno "chamoniardo" de fantásticas condiciones... en compañía de un amigo, con el que realicé multitud de magníficas escaladas, decidimos probarnos de nuevo en el Dru... pero ésta vez... por el "lado oscuro", el corredor norte... un hilo que se descuelga de la cumbre como la lengua que despliega una mariposa.

Esta vez entramos un tanto más abajo del cono inicial... buscando terreno más seguro, ante grietas tapadas por la nieve.




Pero claro... no bastaba con intentar la ruta clásica... la intimidante linea que abrieran los valientes Walter Cecchinel y Claude Jager... en cuatro días de un diciembre del 73; no... el asunto sería repetir la directa, una ruta que alcanzaba el corredor superior pero por una variante de entrada, a cargo de R. Accomazo y T. Sorenson... inaugurada en dos días de un agosto del 77; la reseña rezaba así... "seis largos hasta el corredor...extremadamente difíciles con dos pasajes en roca de doce metros cada uno (A3)...".
¡Ja!... problemitas a nosotros... ¡no te jode!.


De entre todo lo bueno que tiene vivir con intensidad... quizá cabe destacar que se aprende mucho... y rápido... si los Dioses ofrecen más oportunidades de las que seguramente merecemos.

Poco puedo contar de éste intento, ni tuvimos el coraje de fotografiar los movimientos acrobáticos de la escalada... solo que logramos superar un par de largos donde, al acabar el último metro... nos alcanzó un estado de agotamiento mental.

- ¿Lo intentas tú?.- le dije al compañero.
- ¡Ni de coña!.- me llegó la respuesta.
- ¿Nos vamos?.
- Estamos tardando.

Y así... emprendimos los rápeles que nos dejarían en la rimaya... al anochecer. Al día siguiente descendimos a Chamonix, por la Mer de Glace... con un sentimiento agridulce.

... últimos rápeles llegando a la rimaya... cuerdas y frontales...

Y... es que... conviene humildad ante tanta grandeza.


22 comentarios:

  1. Muy bueno Carlos,humildad,humildad para todo.

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    1. Cierto, Luis... siempre mejorar y siempre humildad... determinación sin olvidar la fragilidad... ése es el camino, al menos así lo veo.
      Un cordial saludo.

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  2. Genial Carlos!

    Otros con planes en la mochila de hacer la Directisima Americana, no tuvimos dudas en dejarlo para más adelante ante la grandiosidad de escaladas previas para "calentar".

    El Dru...nada más y nada menos!

    Salu2

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    1. Hola, Vlady... magnífica vía la directa americana. Una ruta a caballo entre lo deportivo y lo clásico... dependiendo si la cumbre es o no objetivo a cumplir.
      En cualquier caso... buena empresa, "yosemítica" hasta el bloque empotrado y luego ya... alpinismo hasta la cumbre.
      ¡Ánimo!.
      Un cordial saludo.

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  3. Hola Carlos soy Diego no se si me recuerdas,amigo de Cabeza.

    Gran actividad el dru, voy a aprovechar para preguntar.

    Tenemos pensado hacer la Allain-Leninger este verano pero tenemos alguna duda por nuestra falta de experiencia en este tipo de vias.
    Escalamos 6b / 6c confirmado en deportiva y 6b en clasica y en hielo 3+/4. Como lo ves?
    Antes queremos hacer el pilar sur de la barrera de los Ecrin que en principio parece asequible.

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    1. ¡Hola, Diego!... te recuerdo perfectamente.
      ¡Hombre!...con ésos graditos asentados, la clásica Allain/Leininger es cosa vuestra... de sobra.
      Únicamente me atrevo a sugerir que, esto ya lo sabrás, la escalada clásica en alta montaña no es únicamente cuestión de grado... condiciones cambiantes, fríos y nubes, "gatos" o bota gorda, mochilita... y demás, hacen que las cosas puedan ir como la seda o todo sea diferente.
      En éste caso concreto... también te sugiero recabar info sobre los últimos movimientos del Dru... que algo afectaron a la clásica norte (incluso tendrás que pasar por zonas de impactos y movimientos de bloques).
      Sed prudentes... pero decididos, madrugad y al toro si lo veis claro.
      Si de algo sirve... mi energía es vuestra.
      Saludos.

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    2. Carlos muchas gracias por tus palabras,

      Mas adelante cuando empezemos a recopilar información y se acerque el momento, si es posible, te preguntare algunas dudas.

      Un saludo.

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    3. Perfecto, Diego... estaré encantado de echar una mano.
      Saludos cordiales.

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  4. Hola Carlos,

    he descubierto tu blog hace un par de días y me parece que está muy bien, por lo que cuentas y cómo lo cuentas: bien documentado y bien escrito en un tono ameno y humilde. Enhorabuena!
    A Diego comentarte por si te sirve de algo que hice hace dos años el pilar sur de la Barre y estuvo muy bien, pero a simple vista la Allain-Leininger parece otra historia muy diferente... ánimo de todas formas!!

    Guillermo

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    1. Hola, Guillermo... gracias.
      Me alegro que te guste y espero te pueda servir como referencia en algún momento.
      Supongo que Diego entrará y verá tu comentario... que seguro agradece.
      Un saludo.

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  5. Holo Carlos...en mi humilde opinioón lo bonito de los sueños,es tener el coraje para intentar conseguirlos si no se puede tanpoco pasa nada,siempre te quedaran los momentos vividos y la experiencia acumulada....En estas montañas la cabeza se tiene que llevar bien amueblada....Hay que saber calibrar bien entre prudencia y audacia....Por que en esas decisiones esta la fina linea que separa la tragedia de la victoria aun que toque retirada.Un abrazo.

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    1. Cierto, Miguel Ángel... asumir éxitos y fracasos forma parte de nuestro camino en la montaña; seguramente se aprende más de los últimos y eso dará experiencia para los primeros.
      Y navegar con calma justa.
      Un abrazo.

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  6. Hola Carlos,
    lo mejor de estas experiencias es poder escuchárselas a los protagonistas mientras tomas unas cervezas y planeas nuevos proyectos.
    Un saludo desde Manzanares

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    1. Hola, Angelfoto... ciertamente el directo... es el directo... pero bueno, entretanto, pues ahí van... algo ayudará a seguir soñando.
      Saludos cordiales... desde la dehesa.

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  7. Es muy importante poder subir, pero mucho más saber bajarse. Yo, como tú, me he bajado de muchos más sitios de los que he subido. Gracias por compartir estas lecciones de humildad. Un abrazo y feliz entrada de año.

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    1. Bienvenido al club, Cabe... gracias a ti por "andar" por aquí. Un fuerte abrazo y feliz 2013.

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  8. Fantástico relato Carlos, como siempre...Creo que iremos guardando cada una de tus entradas, para cuando te decidas a escribir un libro tenerlas todas juntas y leidas..ja,ja
    Feliz año

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    1. Feliz 2013, Nicolás... ¡hombre!... no sé si llegará eso, pero vamos... queda claro que ya no habrá editorial que me sustente... jejejejej.
      Que se cumplan los próximos sueños.

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  9. Algunos artículos de montañas, son como sonajeros para mi. Voy a la cama sabiendo que la montaña es mi carcel. Gracias y salud.

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    1. Gracias a ti, por leer... y conseguir sueño por soñar.
      Salud y buen despertar.

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  10. Carlos, no me canso de leerte y va para largo. Un abrazo.

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    1. Gracias, Javier. Un placer que te guste leer historias "clasicorras", de cuando todo era diferente.
      Un abrazo.

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