Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


miércoles, 23 de octubre de 2013

La ética de la estética

Ética... del latín "ethicus"... recto, conforme a la moral. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana.

... apenas termino de escribir la última palabra que define la ética - ando con el Diccionario de la RAE (Real Academia Española) - y retumba el trueno que secunda un trallazo - seco, dicen por aquí - acompañado al instante de un chaparrón furioso...

Moral... del latín "moralis"... ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. Que no pertenece al campo de los sentidos, por ser de la apreciación del entendimiento o de la conciencia. Conjunto de facultades del espíritu, por contraposición a físico.

... es media tarde y parece que llegó la noche en la dehesa castellana que habito - de nuevo apenas me da tiempo a copiar las últimas palabras que definen la moral -... sin embargo algo parece cambiar cuando me dispongo a teclear las siguientes que nos interesan...

Escalar... del latín "scalaris"... subir, trepar por una gran pendiente o una gran altura. Paso angosto en una montaña, con escalones naturales o hechos a mano.

Escalador... que escala. Ladrón que hurta valiéndose de escala.

Alpinista... persona que practica el alpinismo o es aficionada a éste deporte.

... es entonces cuando todo cambia en éste recién estrenado otoño... el ambiente caldea y se abren claros en un cielo gris, momento que aprovechan los rayos de sol para alcanzar al pasto que, ya desde hace unos días, comenzó a empujar los restos secos, rotos y amarillos de la temporada pasada; el musgo de las encinas que hace un rato chorreaba agua y lucía un verde algo oscuro, ahora cobra un tono poderoso que el sol se encarga de avivar... luego llega ése silencio que traslada paz... solo roto por los cantos alegres de petirrojos y herrerillos; la dehesa contiene ruidos que no suenan y  podríamos sentir como crecen las setas... por cierto, todo parece indicar - si no se adelantan las heladas - que tendremos buena temporada de boletus, champiñones y parasoles... ya veremos... ¡leches!... disculpad... ya me estoy desviando del tema que nos ocupa, es lo que tiene esto de teclear en el campo... por cierto... se aleja la tormenta...

A lo que vamos... según podemos deducir de los significados de ética y moral, parece claro que todo depende de la norma que se establezca en la década del siglo que nos ocupe; de todo hubo en la viña... desde sus comienzos hasta hoy.

Todo esto fue cambiando según avanzaban los tiempos... principalmente por mentalidad, material y aumento de participantes... por cierto - volviendo a revisar definiciones del diccionario RAE -... prefiero que me consideren alpinista que escalador... ¡menuda diferencia!.

¿Donde está la verdad en éste tan manido tema de escalar o escalar limpio?... sinceramente creo que la verdad está donde a cada uno se le acelere el corazón; claro está que a unos se les acelera en un bloque imposible o una ruta deportiva de 8A, a otros en una clásica de V+ - de ésas de "cacharrear"... incluso de 7A+ - si hay nivel -, los expertos en sobrevivir al A5... también otros cuantos ante una norte alpina en pleno invierno... y los hay que pierden el sueño cuando piensan en un "ochomil".
También están los que venderían su alma al diablo por navegar espacios desolados... que los hay.

Pero esto, ciertamente, tampoco es solución para resolver el conflicto que nos ocupa... es decir... en cuanto a escalada en roca se refiere, anclajes fijos, amontonamiento de vías y masificación de zonas... prácticamente los mismos problemas que en terreno de alta montaña... en alpinismo.

Quizá nos quede apelar al sentido común... conforme al buen juicio natural de las personas.

No sé... no me convence apelar al buen juicio para resolver conflictos... ya vemos que el buen juicio lo es según pensamientos individuales... entonces... entonces ¿que?...

... mientras lo pienso, me sirvo un vinito de la tierra y meto el cuchillo al último chorizo de la matanza del año pasado - en breve estaremos con la presente, tan pronto lleguen las primeras heladas -... entonces aparecen las vacas... desesperadas... mugiendo como posesas a la búsqueda de los chotos, empapados como perros chicos... y entonces... seguramente ayudado por los vapores del vino y ése silencio roto que, apenas en minutos, regresa a ruidos que no se oyen... me da por pensar...

El problema no es que se inventasen los clavos y más recientemente el taladro, tampoco los bolts - décadas atrás quedó el ramplus, tornillos/buriles y spit... o el descubrimiento de un "deporte que llaman escalada" - para unos simple ocio de gimnasio, otros como negocio de "aventura" y para algunos una forma de entender la vida -... ni los sherpas o las cuerdas fijas - así se entendía el alpinismo años atrás, incluso hoy en día - o las expediciones comerciales; tampoco que la montaña "se acerque a la ciudad", ni que aparezca un chiringuito junto a una carretera que descubre un valle... tampoco.

El problema es que somos muchos... con muchas diferencias... por muchos sitios... y con pocos deseos de entendernos... incluso hay demasiados recién llegados que dictan sentencia sin pestañear... algunos luego abandonarán el escenario y dedicarán su tiempo a tareas distintas... pero parecen obtener placer opinando sobre lo que no conocen.
De aquellos que desconocen la historia de la montaña... que no se preocupan por adquirir cultura relacionada... y leer - leer y "comprender" -... de ésos mejor ni hablar.
También es de justicia mencionar a aquellos con "carga alpina" que sueñan con tacos de madera... en fin... allá cada uno con su conciencia.
No nos olvidaremos de ecologistas conservacionistas - ¡que palabreja! -, ni los que entran al trapo pensando ¿de que va el asunto que me opongo?... unos cuantos.
También los despistados... que unas veces si y otras no... según convenga.

Por eso solo quedará que la Administración correspondiente se haga cargo del asunto y establezca las reglas de juego... gusten o no, a pocos... muchos o nadie. Fin de la historia.

¡Ah!... bueno... ni se os ocurra pensar que terminaré ésta exposición sin exponer mi visión ¡ja!... no preocuparse que es breve... muy breve.

En cuanto a escalada en roca se refiere... no me molestan clavos ni bolts... allá donde no sea posible otro método de aseguramiento... ¡claro!, alguno dirá que eso depende del nivel de escalada del aperturista. Pues sí... el que abre decide, luego ya se verá si juega limpio... y así se le juzgará.
Me disgusta el "amontonamiento" de vías - cuando resulta difícil saber a qué ruta pertenece tal chapa -... no tanto en lugares claramente deportivos... y sí en zonas donde la escalada clásica fue predominante.

En cuanto al estilo de alpinismo... bueno... pertenezco a la vieja escuela que en los años 80 soñó una revolución; mochila al hombro y a escalar... luego ya lo que tenga que ser.

Pocas reglas que no exijo a los demás... los demás deciden su estilo y yo hago lo propio con el mío; nunca hubo reglas en esto de la Montaña... solo navegar con poco ruido y poca huella en el terreno... todo es más fácil de lo que parece pero nos empeñamos en "desmenuzar" los problemas... y eso solo hace más migas; si ahora las cosas han cambiado, será porque así lo quisimos.

... por cierto... uno de los chotillos recién nacido, en mal momento, no aguantó la tormenta... anda su madre lamiéndole... pero en la Naturaleza todo se desarrolla sin aspavientos - esto de aspaventar es cosa nuestra - ...


miércoles, 9 de octubre de 2013

Tormentas... el rayo

Hace unos días alguien publicó, por las redes sociales, unas cuantas fotos de tormentas eléctricas... lo que viene en llamarse rayos, truenos y centellas.
Entonces - suele ocurrirme a menudo - me vinieron a la memoria visual algunos momentos pasados en montaña... curiosamente ésas imágenes quedan grabadas a fuego y vuelven a "verse" cuando amenaza otra tormenta más cercana en el tiempo... aunque lejana a mi persona.

Sin embargo... para recordar pensamientos, miedos y sentimientos de zozobra infinita... solo me queda intentar rescatar algún cuaderno espiral donde - seguro - algo anoté... parece fácil pero habrá que subir a la troje y remover ingentes cantidades de trastos, libros, muebles, ropas... ¡joder... encontré el traje marinero de la "Primera Comunión"! - tremendo -... bueno, a lo que vamos... el caso es que apareció un cuaderno fechado en agosto 1990.

Un viaje a los Alpes, en dos parejas de a dos, cada uno con su una... de lo contrario sería un lío.

La "Meteo" francesa nos ofrece cinco días - ¡cinco días! - de buen tiempo y estabilidad más que fiable; esto no es fácil en Chamonix y bien lo saben los que han vagabundeado por ésas tierras.
El caso es que hemos decidido cumplir uno de los sueños de todo alpinista clásico... y navegar por la "Walker" a las Grandes Jorasses.

... apaño de diapositiva... fotografiada... eso sí, de aquella ocasión...

Nos despedimos de las chicas y montamos en el tren de Montenvers... un día espléndido en el que no hay prisas y todo se presenta perfecto; disfrutamos de una aproximación solitaria - increíble - y a media mañana ya estamos en el refugio de Leshaux... acompañados por una guardesa encantadora y atenta; charlamos, comemos y bebemos, mientras observamos con prismáticos prestados, el avance a media pared de una cordada coreana que lleva ya un par de días por ahí... y otra inglesa que anda buscando un hueco para vivaquear en la base.

... más apaños... Montenvers y turistas...

Por aquel entonces el refugio mantenía ése toque romántico... maderas castigadas y barandillas algo bailanderas hacia la morrena... esto ya cambió hoy en día; lo que seguramente nunca cambiará es la vista de la poderosa muralla que tenemos enfrente.
Mi compañero Julio... desaparece unos minutos para acercarse, por una ligera vereda, a un destartalado caseto que parece ser el WC; le vemos regresar, poco después, cojeando y meneando la cabeza.

¡Joder!... no me lo puedo creer; le resbaló un pie, al colocarse en cuclillas ante la "taza rusa" y ¡zas! se deslizó la zapatilla "refugiera" hacia el agujero negro... todo apunta a un esguince; si no lo veo no lo creo... la de cosas que se ven por el mundo.

A pesar de los cuidados que, durante toda la tarde... y en exceso - a mi entender -... le ofreció la guardesa, el tío éste al que me uní para el viaje... no mejora.
Nos lleva toda la mañana y parte de la tarde del día siguiente... regresar a Chamonix... parando a reposar en todas y cada una de las piedras que transporta el glaciar y que tienen buen asiento... a cientos; eso sí... el día espléndido a rabiar.

Ya en el camping, toma el relevo de cuidadora su chica oficial y... tras día y medio de masajes y cremitas... todo parece indicar que tengo compañero de nuevo, eso sí... lo que ya no tenemos son tantos días de buen tiempo asegurado.

Decidimos apostar y de nuevo recorremos el glaciar a primera hora, nos hemos montado en el primer tren mañanero.

Ésta vez no pasamos a saludar a la guardesa del refugio Leshaux... y tiramos glaciar arriba... directos a la escalada. Vivaquearemos al final del diedro de 75m. ... y al día siguiente seguiremos hasta la cumbre de las Grandes Jorasses... aquí empieza la verdadera aventura.

No serían más allá de las dos de la tarde, a pocos metros de la cumbre, cuando una nube algodonosa y espesa aparece de repente - del modo que rebosa la espuma de una jarra de cerveza bien servida - se desploma hacia nosotros, justo al tiempo que sobrepasamos una cordada alemana que comenzó de madrugada - no volveremos a tener noticias de ellos -... y empieza la función.


Recuerdo llegar a la arista en plena oscuridad, siendo poco más del mediodía; recuerdo lazar un bloque triangular para asegurar a Julio... y recuerdo los fogonazos, el ruido y la sensación de fragilidad.
No debemos permanecer ni un segundo más en éste filo que los rayos abrasan al punto de romper rocas cercanas... empalmamos las dos cuerdas y rapelamos, desde el bloque triangular, sus ciento veinte metros hacia la otra vertiente.

Pocos metros antes de que se acaben los últimos metros de cuerda encontramos una pequeña repisa y allí nos atamos... bien juntitos... para pasar una noche de luz y sonido, cual discoteca de moda... mientras nieves y granizos nos entierran hasta el amanecer.

"... posición fetal ¿será lo mismo nacer que morir?; suerte, Julio - se lo digo sin convicción -; suerte, Carlos - me responde sin ilusión..."

Nos ponemos en movimiento antes de las primeras luces del día... que parece mejorar; primero hay que romper a golpes el hielo que acoraza la cuerda... por la que ascendemos entre escalar autoasegurados con "prusik" y, a veces, utilizando cinta al pie para tramos imposibles... el terreno no ofrece relajación.

Llegamos al bloque que sujetó las cuerdas y mientras las organizamos... nos alcanza otra tormenta furiosa... ¡joder!, ésta vez habrá que pasar un tiempo en la arista hasta localizar la bajada hacia Italia... y alejarse de las zonas altas...

"... por un instante veo las cálidas luces de un pueblo... a través de un boquete limpio de nubes; tres mil metros más abajo... tan cerca y tan lejos.
Comienza a granizar y el aparato eléctrico entra en acción, atronador... implacable, de nuevo todo es noche aún siendo día.
Localizamos un viejo clavo entre unas rocas que se pierden cercanas a unos seracs... luego ya nada distinguimos.
Julio coloca un cordino en el clavo y lanza las cuerdas que el viento se encarga de convertir en caprichosos arabescos.
Me apoyo en un saliente rocoso y apenas rozo la rodilla de Julio... ocurre.
Un enorme trallazo cercano y en ése instante veo por el rabillo del ojo, que algo viene serpenteando por la cresta que nos supera... con un sonido zumbón y persistente, veloz y brillante...se multiplica por mil y todo converge en un punto... atraviesan a Julio pero me invaden a mi.
Millones de destellos luminosos, como diminutas estrellas lejanas, parecen elevarme... y, en ése instante, recuerdo cosas pasadas que jamás recuerdo haber vivido.
Hay un momento... un solo instante... en que todo es negro... y me siento vacío.
Un monstruo, una energía increíblemente poderosa me levanta, me sacude, me zarandea y me suelta; quizá solo intentaba jugar, pero desconoce su propia fuerza... o si la conoce es, en cualquier caso, excesiva para un ser tan frágil.
Como el gato con el ratón, cuando se aburre le deja... con gesto indolente... indiferente. Y ¿quién decide que sigas vivo?... aturdido y confuso, pero vivo.
La frontera del sueño y la realidad. El punto negro. El instante que no puedes ubicar en un espacio, nivel o mundo que habitas.
Algo decide por ti... si te quedas o te vas..."


Julio... no dijo ni pío... y jamás volvimos a hablar de ello... como si nunca hubiese ocurrido.



Por fin alcanzamos el glaciar y allí nos encontramos, empotrados en una grieta de un serac, a los dos coreanos... en sendos sacos de duvet... sonriendo - claro está -... y ya llegando al refugio, a los ingleses, que parecen salidos de una película de terror... los pocos pelos que recubren sus cabezas andan tiesos como almidonados.

La tormenta sigue... pero ya parece que nada importa; charlamos con ellos mientras el granizo da paso al agua helada, luego vientos potentes... y nieblas cegadoras, pero vamos... que lo aguantamos sin preocupación alguna y sin buscar cobijo; es lo que tiene estar harto de todo.

Y así llegaremos, muchas horas después, a Planpincieux... donde esperar al borde de la carretera alguien que nos acerque a Courmayeur... y todo con la tormenta que no cesa... absolutamente empapados - de ocasiones similares seguro que vienen taras actuales -.

Éste texto también lo rescato del cuaderno, aunque pertenece a otra historia... también de rayos, por lo que puede servirnos para mostrar pensamientos que anoté en momentos pasados, otros días similares a la tormenta que ahora nos ocupa:

"... nos alcanzará en unos minutos... durará horas que días parecerán... como si el reloj perdiese la pila que acabamos de cambiar. La tendremos encima y ahora veremos lo que aprendimos - poco... aunque mucho pareciera días atrás -, sacudirá con fuerza y sin piedad... nos levantará del suelo... y un sabor metálico abrasará el paladar, vello erizado y corazón bombeando al punto de estallar... como estallan la luz, el ruido, el olor y ése regusto del acero metal.
Cruzaremos miradas para evitar la soledad... quizá... una leve sonrisa, apretando los dientes hasta rechinar.
Ahora conoceremos el miedo... el verdadero... y hasta es posible que se aflojen músculos que no podremos controlar.
Costará trabajo pensar, nunca fue algo fácil, pero ahora nos llevará mucho más.
Si la tormenta se alarga, es posible que todo dé igual... y entraremos en otro espacio que no lograremos ubicar; solo quedará el azar... o rezar - casos he visto de suplicar... incluyendo el mío del que ya veremos si hablar -.
Igual que vino se irá... unos minutos veloces... y si todo salió bien veremos lo que aprendimos para mejorar... o no... que de todo hay en la huerta para cocinar.
Luego ya... todo será diferente, aunque todavía tiemblen las manos y flaqueen las piernas... el camino enfilará hacia lugar conocido donde brillarán luces, ruidos, olores y sabores de brindar... siempre conviene brindar, no sea que otro día la vida niegue oportunidad... "

Bueno... en otra ocasión os contaré sobre tormentas de granizo, lluvia, viento, nieve, frío y calor... en fin... de todo hay en la viña...