Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


domingo, 9 de junio de 2013

Experiencia, fracasar y triunfar

Experiencia... del latín experientia... "práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo"; término muy unido al capítulo en el que hemos hablado de Actitud y conocimiento.

Fracasar... del italiano fracassare... "dicho de una persona: tener resultado adverso... ".
Es decir... lo que, en montaña, conocemos como abandonar a toda velocidad con el rabo entre las piernas - ya os he contado por aquí algunos, que no todos, de los intentos al DruCervino y Droites -.

Triunfar... del latín triumphare... "quedar victorioso".
Clarísimo... llegar al bar, sano y salvo, pasando por la cumbre... o no - también narré algún triunfo, pocos... aunque quizá el más trabajoso fuese el Chacraraju -.

Ni se os ocurra pensar que la experiencia garantiza la vida... jamás... incluso bien gestionada cuenta con un "diablo" que siempre acecha: el exceso de confianza.
Sin embargo se hace necesario crear confianza en uno mismo, a través de la práctica; esto ofrece un nuevo espacio en el que avanzar lentamente y al que se llega tras años de escaladas ajustadas al nivel del momento.


Y la experiencia tiene otro peligro adicional: el deseo de alcanzar metas cada vez más comprometidas... es decir... que se hace más peligroso cuanto más se avanza hacia objetivos "imposibles".
Pero así es la naturaleza humana... y así deberemos entenderlo.

Lo que garantiza la experiencia... por el conocimiento y el tiempo transcurrido... es la capacidad de afrontar los problemas adecuadamente, esto incluye algo de lo que también hemos hablado en el capítulo de Pasión, voluntad y sufrimiento; la experiencia hace que un alpinista prevea situaciones antes de que ocurran... y cuando han ocurrido, actúe de forma flexible para acondicionarse al espacio que se le viene encima.

Para adquirir experiencia no solo hace falta escalar mucho... también hay que escalar por muchos sitios y con mucha gente; ésto último es vital... es imprescindible dejarse acompañar por alpinistas con mayor bagaje... gentes de las que aprenderemos lo que no está escrito... su forma de moverse, la actitud y el espíritu que mantienen, su estilo para encarar los problemas... y sobretodo... el brillo de su mirada.


Aceptar el fracaso como parte del aprendizaje es difícil de asumir... pero resulta imprescindible "entender" el asunto; a simple vista parece fácil pero no lo es en absoluto... una cosa es decirlo y otra asumirlo.

Fracasar nos ofrece la posibilidad de aprender y mejorar... forjar un espíritu de lucha y desarrollar técnicas para solucionar problemas; los abandonos son más duros y complicados que los triunfos... y por ello aumentan el "registro" que nos ayudará en el futuro.

El fracaso está irremediablemente unido a la perseverancia... y esto es absolutamente imprescindible para el alpinista... perseverar siempre tiene réditos, aunque no lo parezca... lo importante es el camino, jugando limpio, con cumbre o sin ella... y fracasar "triunfando" es más difícil que triunfar "fracasando".

Se entiende por triunfar alcanzar la cumbre de los sueños, navegando en buen estilo... y regresando para contarlo.


Algo así como el "non plus ultra" en el asunto que nos ocupa... la montaña... cuando todo nuestro saber y determinación, actitud y voluntad, experiencia y buen hacer... dan como resultado colocarse en todo lo alto y apretar la mano del compañero con las mayores pocas fuerzas que nos queden... sin pasarse... que todavía hay que bajarse de allí.

Triunfar también tiene sus peligros... el principal sería acostumbrarse a ello, tan peligroso que hasta puede convencernos para pensar en la "inmortalidad"... incluso tergiversar acontecimientos, contar historias que no sucedieron de la manera que se relatan; prisioneros del éxito.

Un deseo excesivo del triunfo también juega en contra de aceptar el fracaso... conviene nivelar la balanza.

Por último, parafraseando términos de boxeo, una máxima a tener en cuenta en la montaña... y en la vida diaria... tan importante es golpear con fuerza como encajar el golpe ajeno.

Luego ya... lo que tenga que ser.


8 comentarios:

  1. y añadiria mas...
    ....triunfar.... con este blog que nos tiene enganchados ....,con el aprendemos ,reflexionamos y recordamos exitos o fracasos al doblar la almohada,¿ o es que nadie sueña despues de leer algun relato con historias de montaña...............??
    Sepu

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    1. Gracias, Sepu... desde luego que si no soñáramos la vida sería tristorra.
      Por cierto... a ver si "soñamos" con alguna cosita pendiente... que luego se pasa el arroz y a ver... jejejej.
      Un abrazo.

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  2. Cuanta razón Carlos!
    lo difícil que resulta aceptar el fracaso..por que entenderlo en lo más profundo de nuestro ser seguro que lo entendemos, aunque en ocasiones no queramos asumirlo. Muchas veces más que aceptar, lo que tenemos que aprender es a gestionarlo, a aprender de él.
    Un abrazo

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    1. Cierto, Nico Isa... gestionar las cosas es la clave; posiblemente antes sea necesario aceptar/asumir el fracaso como parte del juego... luego ya habrá que gestionarlo... al igual que el miedo... del que también hablaremos.
      Un abrazo.

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  3. Muy importantes todos los factores que comentas Carlos , imprescindible es la experiencia fruto del aprendizaje de esos fracasos , así como cómo consecuencia de ello también se cosechan triunfos , no en vano este es el objetivo …aunque solo algunos , pues siempre existen muchas variables que escapan a nuestro control .
    No menos importante es dejar espacios para la imaginación y la intuición , contando con todo ese empaque que dan las experiencias vividas y que garantizan en parte nuestro éxito , pero dejándonos llevar por nuestros sueños como bien apuntaba Sepu.
    Abrazo

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    1. Claro, David... y lo de soñar... bueno, soñar ya ni lo mencionamos, se da por hecho que es una constante... ¡hasta despiertos!.
      Un abrazo.

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  4. Totalmente de acuerdo. Suscribo tus palabras, ordenadas elegantemente...de hecho, es un tema casi capital hoy en día saber lo que es fracasar y triunfar; te enlazo una entrada relacionada ( va sobre el miedo en la montaña) .
    http://montanex.blogspot.com.es/2012/10/miedo.html?m=1

    Un saludo

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  5. Gracias, Manuel... el asunto del miedo, y su gestión, merece otro capítulo por aquí... es un tema importante.
    Tu artículo contiene consideraciones a tener en cuenta.
    El miedo es imprescindible para seguir viviendo... y necesita gestión para vivir sin él... vida plena.
    Saludos.

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