Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


miércoles, 6 de febrero de 2013

Chacraraju V

La sola idea de abandonar ésta isla y sumergirnos en las nubes que nos rodean... como aguas profundas y desconocidas... nos encoge el corazón y aturde la mente; pero algo habrá que hacer... y así... descendemos la arista alejándonos del borde de ruptura de las enormes cornisas que se sostienen hacia el Sur... como diseñadas por un arquitecto que no empleara técnicas conocidas en Universidad alguna.


Sabemos que, por ahora, navegamos por la vertiente norte... pero tendremos que encontrar, en algún momento, el corte que divida ésta cresta de nieve polvorón... un paso hacia el Sur y luego alcanzar un collado que nos permita empezar a rapelar.

Abandonamos la arista de merengues y entramos hacia la vertiente Sur... no sin antes destrepar algunos tramos en nieve blanda y traspasar un par de grietas ciegas... bueno... Miguel no pierde tiempo y se decide a saltar de frente, en base a las indicaciones que le damos desde abajo... ¡joder!... lo que hace la confianza ciega en los amigos.

... ¡allá voooy!...

Nos recibe un colchón de nieve profunda que recuerda al que defiende la cumbre... y lo recorremos con esfuerzo hasta que todo desaparece ante un vacío imposible de adivinar... estamos algo confusos y no sabemos como salir de allí... entonces vuelvo a ver al cuarto pasajero, de nuevo desdibujado en la bruma, me hace un gesto conocido y hacia allí me dirijo asegurado por Nacho... al que pierdo de vista al instante.

... cambiando de vertiente...

Por fin encuentro algo sólido... unas columnas de hielo que se entierran, metros más abajo, en una pendiente de nieve... así que coloco una estaca bailandera en un agujero y pido cuerda para rapelar.
Parece que ya estamos en la vertiente y canalón adecuado.

Se nos echa la noche encima ya metidos en un muro vertical, rocoso y repleto de chorretones helados. Lanzamos las cuerdas a un vacío que no adivinamos y, a veces, me recorren escalofríos cuando la cuerda a mis pies se pierde en la negrura... alejada de la pared.

Hemos utilizado alguna estaca de nieve, un par de tornillos "sacacorchos" y ahora clavos de roca... una pieza por cada vez... estamos ahorrando para lo que se nos viene encima.

... primeros metros desde la arista...

En uno de los rápeles vuelvo a tener un "encuentro"; de repente me veo colgando ante una bóveda azul celeste... a distancia de la pared... como si me descolgase del interior de una catedral... ¡joder!... vomito y cierro los ojos mientras doy vueltas como una peonza.

Me entra una zozobra infinita y puedo ver claramente que tengo el final de la cuerda a solo un par de metros... casi no puedo pensar y entonces ocurre... el cuarto navegante me llama desde un lado... me balanceo un par de veces y alcanzo una columna de hielo con un rellano a sus pies... a la izquierda de la bóveda... luego solo recuerdo la llegada de los compañeros... asustados ante el espectáculo que vieron.

Por fin alcanzamos la enorme plancha de hielo acerado que debe llevarnos a la rimaya.
Una docena de rápeles, entre chirriar de crampones... tallando pequeños huecos para los pies... y los tres... incluyendo el que baja primero... colgando de un solo tornillo "sacacorchos"... una locura colectiva que se apoderó de nosotros y que, a pesar de todo, nos permitió seguir en éste mundo.


La noche se despeja y distinguimos, con alegría, luces que nos hacen señales... los amigos del campo I están al tanto... ufff... eso es mucho aunque pueda parecer poco.

La rimaya está cegada por nieve polvo... así que nos metemos tan adentro como podemos y, por fin, soltamos los cordones de las botas en tres días.
Llevamos más de 24 horas de actividad continua... intensa y sin pausa... caemos rendidos en los sacos, sin apetito, mientras nos sobrevuelan aludes de nieve polvo que nos van enterrando... sobre todo a Nacho... del que solo distingo la cabeza bajo un manto blanco.

Amanecemos tarde y, mientras hierve el agua para un caldo, recogemos el vivac y continuamos el camino... en un magnífico día soleado... destrepes y un rápel más... nos colocan en el glaciar.
Apenas soltamos las mochilas un rato para descansar y ya están con nosotros Javier y Antonio... que nos aprietan con fuerza... al punto del desmayo... ¡qué gusto!.

Cruzar el glaciar, que anteriormente recorríamos en poco más de 30 minutos... nos lleva tres horas, mientras los amigos nos dan de beber constantemente... bajo un sol de justicia que debilita el cuerpo.

Pero al fin llegamos al campo I... y de allí, tras recibir más cuidados... comida y bebida que nos preparan con dedicación  Antonio y Javier, decidimos tirar al base... el hogar.

... último obstáculo para llegar al campo I...

Miguel tiene congelaciones algo serias en los dedos de una mano... y yo estoy agotado. Para nosotros dos la expedición ya se acabó... solo nos quedará ayudar al resto a cumplir sus objetivos... que nunca estuvieron fijados... pero se desarrollaron de manera natural y espontánea.

Siendo el mismo... ya no veríamos el Chacraraju con la misma mirada que cuando soñamos pisar su cumbre, meses atrás, cuando todo era incertidumbre y pasión... ahora... una extraña sensación nos invade el pensamiento a través de la mirada... como en un duermevela del que se despierta sin estar seguro de lo soñado... ¿o tal vez fue real?.

Aún hoy día... cuento ésta historia y me parece soñar.

... sueño cumplido...

Ahora llegaba el turno de comenzar la segunda fase de la expedición... todavía a los pies del Chacraraju... y como objetivo su cumbre gemela Este, también llamada Huaripampa y algo menor en altura.

Unos días de descanso en el campo Base... devorando la última pieza del carnero... masajeando dedos entumecidos y durmiendo en posición natural... nos preparan para el trabajo que realizarán Javier y Antonio, una nueva línea en la cara Sur del Huaripampa... algo serio y comprometido.

Miguel y yo haremos la primera guardia en el campo I... y de allí los despedimos una noche de luna llena. Ahora entendemos perfectamente lo que sienten cuando atraviesan el glaciar... más allá de nuestra huella... hasta situarse un tanto a la izquierda de la vertical de la cumbre.

Vivieron su particular infierno cuando el tiempo cambió... a escasos 300 metros de la arista... y, claro está, no puedo describir sus sentimientos... solo que apuraron lo posible por aguantar hasta el día siguiente, pero no pudo ser... y abandonaron el proyecto en un descenso complicado y siempre peligroso... mientras les azotaba una ventisca de granizo.

Ahí van las fotos...

... Chacraraju Este o Huaripampa...

... iniciando la escalada...

... Javier ante los merengues que le vigilan...

... preparando el vivac...

... Antonio preparando la cena...

... ¡vámonos de aquí... ya!...

Paco y Nacho... el segundo turno de guardia... los reciben en el campo I ya entrada la noche... Antonio prefiere seguir hacia el base pero Javier se quedará... y entre los tres desmontan, al día siguiente, el lugar donde hemos vivido momentos de esperanza, fracaso y éxito.

... desmontando campo I...

... poco más... y Paco puede con todo... él solito....

Nuestro tiempo se acaba bajo el Chacraraju... zanganeamos un par de días y preparamos la retirada a las lagunas de Llanganuco... desde donde se lanzarán el resto de actividades... todas con éxito y realizadas de forma impecable.

Desmontamos el campo base justo al tiempo de recibir a dos americanos que llevan varios días aguantando la tormenta... en una rimaya del Huaripampa... y que logran ascender y descender por el mismo itinerario. Les alimentamos... ya sabéis que nunca nos gustó ver gente pasando penurias... y descubrimos que no conocen la leche condensada en tubo... ¡por fin somos primeros en algo!.

... última foto despidiendo el Chacraraju...

... empaquetando...

Mientras bajamos a las lagunas de Llanganuco charlo con uno de los americanos... dicen llamarse Steve Brewer y Mark Richey... nos contamos escaladas por el mundo y meses más tarde, ya en Madrid, descubro que Steve ha repetido, al año siguiente de nuestro encuentro, junto con Jim Bridwell... la ruta "Maestri" del Cerro Torre... en estilo alpino, incluyendo el hongo... lo que se convierte en la primera repetición absoluta hasta la cumbre... ¡joder!... ya notaba yo que Steve emanaba energía de largo.

... ahora toca cuesta abajo...

Acampamos rodeados de agua, verde y vida... reparando heridas y a la espera de que los amigos cumplan sus sueños... que los cumplirán... ya lo veréis...







14 comentarios:

  1. Uff!!
    Aunque tuvimos la suerte de deleitarnos el otro día con el relato el vivo....cuando lo leemos ahora se saborea de otra manera, más pausada.
    El pasaje del rápel volado en la negrura pone los pelos de punta.
    Saludos

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    1. ¡Ah!, Nicolás... el rápel volado... me originó pesadillas durante un tiempo.
      Si la escalada al Chacraraju nos llevó esfuerzo... el descenso se llevó la palma de los miedos.
      Un abrazo.

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  2. Impresionante colofón, Carlos. ¡Enhorabuena!, no sabes cómo sentí no poder acompañaros el otro día.

    Menos mal que el cuarto "navegante" estuvo atento durante todo el descenso, ¿eh?

    Un abrazo.

    Josefer

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    1. Gracias, Josefer... se te echó de menos. Sí... el cuarto navegante... se portó bien... y nada pidió a cambio.
      Un abrazo.

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  3. ¿Que es la vida? una ilusión,una sombra,una ficción,y el mayor bien es pequeño,que toda la vida es sueño,y los sueños,sueños son.
    Calderón de la Barca.
    Un abrazo amigo.

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    1. ¡Joer!, Miguel Ángel... parece que escogiste el texto adecuado... muy al caso del asunto.
      Otro para ti.

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  4. Ya ves Carlos,antes que nosotros ya havía personas que se rompían la cabeza pensando,jejeje...

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    1. Cierto... tenemos tendencia a pensar que lo nuevo es original... pero no siempre es así.
      La historia de la humanidad lo demuestra y basta con leer... leer mucho... constantemente... y eso cambia la percepción de las cosas.

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  5. Tras presenciar la proyección de Hoyos del Espino y leer las cinco entregas, si alguien me preguntara sobre el Chacraraju, creo que sabría "asesorarle" en logística, información de pared, descenso, vivencias y emociones... desde Madrid hasta la cumbre... el único y gran problema es que no estuve nunca en la montaña... al menos de manera física.
    Al final del trabajo, solo darte las gracias por los ratos tan amenos que nos has hecho pasar.
    Quedamos a la espera.
    Un abrazo.
    David.E.Resino

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    1. Gracias a vosotros, David... esto de tener incondicionales es un gustazo.
      En el último capítulo en preparación... se relatarán el resto de actividades de la expedición, colaboradores que nos ayudaron... y reflexión final... ya veremos que pasa.
      Abrazos.

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  6. Ciertamente épico amigo , impresionantes las fotos y fantástico el relato . Un placer leerte. Abrazo

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    1. Gracias, David... las fotos tuvieron como soporte el famoso Ektachrome 200... y a pesar del maltrato de años en diapositiva... se digitalizaron hace unos años y se han arreglado un poco.
      La gran mayoría de ellas (sobre todo de la escalada) fueron realizadas por Nacho... el único que tuvo valor para disparar... jejejej.
      Me alegro te guste.
      Un abrazo.

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    2. Recuerdo bien a Nacho ,un gran tipo . A finales de los 80 vivía en el más allá y se dejaba caer por un grupo de montaña de entonces en el que empezábamos a dar guerra un nutrido grupo de adolescentes con ganas de marcha y muchos pájaros en la cabeza . Nos llevó en alguna ocasión al circo en un Land Rober grandote que tenía , la Gerardo-Rafa en Galayos y alguna que otra actividad por la sierra madrileña...luego perdí la pista .
      Slds y agradecimientos

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    3. ¡Ah!.. sí... sí... el Land Rover "monstruoso"... jejejeje. Le daré recuerdos de tu parte... le gustará.

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