Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


sábado, 28 de septiembre de 2013

El alpinista que herraba caballos

Logro montar éste artículo a pesar de las tormentas que asolan la dehesa castellana donde habito... entre cortes de luz y linea telefónica; prisas que se ven aumentadas porque Jorge... el mismo Jorge Valle que nos contó, hace poco, sus Memorias de un arriero en Gredos... resulta que, en unos días, cabalgará montañas lejanas.

La cosa es tan remota que hasta el nombre y lugar donde se levantan, resultan impronunciables... Mi´nyâg Gòng`ga Riwo... un "sietemil" situado en la cordillera Daxue Shan, provincia de Sichuan (China)... ¿cómo se queda el cuerpo?, bueno... lo llamaremos Minya Konka (7.590m.)... y ésta es la imagen:


Me envía un correo donde descubro que éste asunto de los caballos no es solo un trabajo más para ganarse la vida... hay algo que indica pasión... y éste, cuando se apasiona es temeroso:

"Hola, Carlos... siguiendo la petición de uno de tus seguidores y viendo la necesidad de expresar todo lo que he aprendido por aquí, a parte de escalar y la montaña, te dejo un relato que espero te guste. Quizá esto vaya siendo preludio de un fin de etapa, o quizá refuerce mis ganas de seguir haciendo algo que me apasiona.
En cualquier caso serán el tiempo y las piezas de nuestra vida quienes lo decidan.
Un abrazo".

Poco más tengo que añadir... solo desearle, primero para su inminente viaje a ésa magnífica montaña china, la mejor de mis energías... estoy seguro que jamás olvidará la humildad con la que debemos acercarnos a nuestros sueños; y segundo... que no se preocupe por los caballos... la tropa del refugio Elola se encargará.
Suerte, amigo.

Éstas son sus palabras:

"Todo empezó el día que conocí a Marco, herrador del valle del Tormes, que calzaba a nuestros caballos.


Le llamábamos con antelación y quedábamos en la plataforma al mediodía, Allí estrechaba su fuerte mano y durante un rato permanecía observando con detalle su trabajo.
Admiraba cada uno de sus movimientos y gestos; pertenecía a ésa clase de personas que disfrutan de su trabajo, lo hacía con determinación, eficacia y arte. Podía apañar cuatro cascos en media hora.
Me llamaban la atención la espalda y los brazos que tenía, desarrollados a base de sujetar pies y manos durante muchos años.
No podía perder de vista todo lo que hacía.
También me hacía gracia el andar que llevaba: siempre inclinado hacia delante, recordando al espectador que para herrar hay que agacharse.

Era bueno, muy bueno, o yo al menos lo veía así porque él lo hacía con pasión.
Cada vez era más difícil conseguir cita porque tenía la agenda siempre completa.

Comenzó de ésta forma otra de las pasiones que rodean mi vida: el herraje. Gran oficio que más de un día me tienta, y que podría hacerme reconsiderar el destino de mi vida.
Reúne tres características: autonomía, naturaleza y nobleza... la del caballo.

Poco a poco, copiando de Marco las técnicas de herraje en frío, fuimos comprando alguna herramienta moderna en la guarnicionería de Navarredonda de Gredos; sustituimos las viejas del refugio que utilizábamos para los pequeños apaños de emergencia: alguna herradura caída por el camino, clavos sueltos...


Hubo una temporada que aprovechaba cualquier excusa para levantar la pata del caballo y meterla mano. Al principio lo que más me costaba era aguantar, doblado, el peso del caballo; los animales no son tontos y enseguida cargan su peso encima de uno... aquí no hay que ser blando y menos hacerles contrapeso.
Se hierra mejor un caballo alto que otro pequeño, todo lo contrario al oficio de arriero, donde se prefieren los pequeños a los grandes.
Y con práctica, en vez de tardar una hora acabaremos en menos tiempo... todo un logro.

Óscar, con su carácter generoso y reconociendo el valor de ése trabajo, el año en que se dejó de llamar al herrador y me encargué de ésa tarea, me recompensó con el jornal que se llevaba Marco.
Así se juntaban todos los factores para seguir con éste oficio.


¿Cuantas herraduras gastan los caballos del refugio Elola?... herramos una vez al mes, se colocan doce herraduras y hay que añadir pequeños arreglos de mantenimiento.
Es matemático. Todo comienza con el sonido hueco metálico, ahí ya se sabe que poco queda para caer la herradura.

En una vieja mochila de montaña guardamos todas las herramientas necesarias para el herraje: el desclavador, la cuchilla, la tenaza de corte, la boca de cocodrilo, las tenazas, la escofina, el martillo de clavar y rebajar, la legra, los clavos, las herraduras, el fajón de cuero...

Las herraduras que colocamos tienen pestañas: las de las manos solo llevan una y dos en las de los pies. En función del tamaño de la suela del casco van de menor a mayor con la siguiente numeración: doble cero, cero, uno, dos, tres... las herraduras están fabricadas en hierro dulce que, con el calor y los golpes de la maza contra el yunque, se amoldan a la forma deseada.
Los clavos son 2JC, grandes y largos... la punta finaliza en curva para facilitar el clavado y dirigirlo al exterior de la pared del casco.


Comienza el ritual en el prado por encima del refugio, allí donde están las duchas "solares". El sitio es idóneo porque hay una piedra con un viejo parabolt de escalada donde atar el rabero... también un lugar plano, sin pequeñas piedras, donde estar cómodo y además tenemos un yunque natural donde abrir y cerrar las herraduras.

Me visto con el fajón de cuero, que protege los muslos de las puntas de los clavos cuando se sujeta la pata entre las piernas. El fajón incorpora un imán para los clavos, los mantiene a mano y facilita el trabajo.



Las manos se protegen con guantes finos de goma, tipo electricista.

Despliego en el suelo todas las herramientas en su orden de uso, al lado del caballo - debo decir que llevo todos éstos años con la idea de incorporar un "bolo"... una percha donde colgar los trastos y que tiene una horquilla donde sujetar el casco -, de ésta forma no hay que soltar la pata del caballo cada vez que cambias de herramienta, y facilita mucho la tarea.

Si el caballo no ha perdido la herradura, hay que levantarla con el martillo y el desclavador, a continuación se arranca con las tenazas; queda así descubierta la palma del casco.
Con las tenazas de corte se rebaja la uña y el exceso de la pared córnea del mismo, hasta descubrir el saúco - la linea blanca - referencia que indica donde se ha de clavar.


Con la escofina se lima la superficie de la tapa donde acoplar la nueva herradura. Se apaña a golpes la herradura hasta adaptarla al casco y hacer coincidir los agujeros con la linea blanca.

Los clavos han de entrar en un ángulo exacto. La punta del clavo que sale por la tapa, se dobla y corta... luego se remacha con la boca de cocodrilo. Se termina el herraje limando la parte interior de los clavos.


Para doblar las pestañas de las manos... sujeto la pata en mis rodillas y golpeo.
Para rematar los pies... sujeto la delantera y golpeo.
De ésta forma evito que me pueda cocear. Hay que intentar siempre adaptar la herradura al casco y no el casco a la herradura.


Para acabar el trabajo solo quedan tres patas y, al final, aplicar crema hidratante en el casco.

Dicen que las herraduras viejas dan buena suerte si las guardas o cuelgas en la puerta de casa, así pues, conservadlas si os encontráis alguna por el camino.

Piensa que desde hace dos mil años a los caballos se les ponen herraduras y que, como dicen en el mundillo: "sin pies no hay caballo".

Éstas lineas son un ligero resumen de uno de los pocos oficios milenarios que quedan, transmitidos de maestros a discípulos, que no están en el catálogo tabulado de Hacienda y que se ejecuta con las manos.
Solo he alcanzado el conocimiento que me permite ser independiente en la sierra... pero lleva un manual de largo, donde entran herrajes preventivos, ortopédicos, curativos, reconstructivos y un sinfín de técnicas - exige práctica y tiempo llegar a "Maestro Herrador".

Todo un reto para hacerlo con pasión y afrontarlo como una gran cara norte.

Septiembre 2013. Laguna Grande de Gredos.
Jorge Valle.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Gredos... rutas olvidadas II

Nunca - o casi nunca - algo es lo que parece... y lo que parece casi nunca es lo que es.

La historia de Gredos se revisa a base de "brujulear" entre recuerdos propios, ajenos... y memorias que no tuvieron la oportunidad de contar con los medios actuales en los que la comunicación resulta fácil y alcanza un "mundo global".

Quedan muchas historias que descubrir... y en eso estamos... veremos si podemos arrojar luces sobre un "oscuro" pasado que aún, hoy en día, se nos presenta desconocido... algo menos para generaciones con recorrido y mucho más para las recién llegadas; solo el conocimiento nos permitirá entender que la historia tiene su peso... y así debe valorarse.

Me ha llevado un tiempo infinito - entre recuerdos borrosos y ayudas ajenas - sincronizar imágenes de la retina con momentos que se difuminan en el tiempo... en lugares olvidados y compañeros fugaces - algunos jamás he vuelto a verlos - y revisar las "nuevas tecnologías" hasta encontrar algún dato que refrescara la memoria.

Pero la perseverancia siempre tiene premio - aunque a veces no lo parezca - y aquí os presento una nueva entrada sobre el artículo anterior... donde, por fin... algo más se puede aclarar de aquellos años en los que el Circo de Gredos estaba por descubrir.

Lo que durante décadas se me presentó como un misterio a resolver, y del que solo poseía un par de imágenes... ya tiene Risco definido... el de las Hoces en la Garganta del Pinar.


"... poco antes del diedro característico... nos retiramos abandonando algo para rapelar. Alguna temporada después regresé... y equipando ése diedro con un par de tacos de madera... salimos a una terraza desde la que llegamos a la cumbre del Risco de las Hoces, evitando dificultades en dirección a la cresta...".

En algún lugar quizá resistan las huellas...


Tanto deambular por blogs... originó una coincidencia increíble - fotos añejas y actuales con el mismo punto de vista -.

Además de la escalada ya mencionada, realizamos la cresta del Risco de las Hoces - inaugurada años antes - en agosto de 1978 por José Martín Díaz, Jose Mª Martín Maiz, Pablo Muñoz y Félix García - éste último, también en aquel periplo gredense que nos ocupa... una Semana Santa del 79/80... nos guió por "su" recorrido -.

He perfilado la cresta para destacar su tremenda coincidencia...

... foto añeja...

... foto actual...

... Risco de las Hoces... Félix García y Dominicano Truijillo "Canito"... camisas elegantes...

El siguiente caso a resolver resultó difícil... en aquellos años todo lo que no llevara a una cumbre lo consideramos como "contrafuertes"... y en ésta escalada, una vez completado el largo más característico, llegados a una pedrera... la recorrimos a un lado para regresar a la Hoya de las Berzas, donde estuvimos acampados unos días... un verano que nos permitió, a pesar de los neveros persistentes, unos magníficos días por la zona... años 76/77.

Nada conservo en imágenes de aquel tiempo... solo el recuerdo de un cordino blanco que abandonamos en algún lugar.

Ésta es la foto - gracias a César Castro - que permitió la reactivación de neuronas:


... y ésta es la situación del lugar... poco más que añadir puesto que no existen fotos y al compañero le perdí la pista.


Por último... unas escaladas en hielo - ¡tranquilos... ya viene el invierno! - un tanto olvidadas y a la espera de repetidores "modernos"...




Y ahora un dibujo de la época... con texto que nos adelanta lo que se nos viene encima... o eso deseamos, ya veremos... en cualquier caso... ya veis que soñadores hubo siempre y que soñaron lo mismo que hoy se sueña.

Nos vemos por Gredos....


  
... anterior...                                                                                                                            

lunes, 9 de septiembre de 2013

Cresta de la Catedral (Gran Galayo)

Durante décadas éste magnífico espinazo que cae del Gran Galayo, flanqueado por las canales Reseca y Seca - derecha e izquierda en sentido orográfico... y contrario según nos acercamos a su base - permaneció algo olvidado.

Siempre se me antojó como una fortaleza de gigantes, plagada de torres y almenas... defendida por fosos que desgastan sus murallas.


Sin embargo hubo una época en la que los "arenenses", gentilicio de Arenas de San Pedro, patearon la zona como dueños absolutos del lugar... no me refiero exclusivamente a los habitantes naturales del terreno, pastores y cazadores de los pueblos cercanos... que históricamente siempre estuvieron allí, así lo atestiguan las majadas que aún se conservan y estuvieron habitadas permanentemente hasta bien entrados los años 70; en concreto las majadas del "Puesto del Pío" y "Cobacho Sánchez"... en el espaldar galayero y situados en el centro de un anfiteatro a los pies de Peña Gallina, crestería de la Catedral y Riscos Morenos del Hornillo.

... majadas del "Puesto del Pío"...

... bloque característico del cobacho Sánchez... ladera de Peña Gallina...

Con el fin de situarnos en el espacio que nos ocupa... haremos un breve repaso por la historia - solamente algunos datos y nombres... esto podréis ampliarlo con más rigor adquiriendo el magnífico libro recopilatorio de Juan Andrés Feliú Suárez... "Arenas y Gredos 1913-2000".

La "Sociedad Arenas-Gredos" fundada en 1912 podría considerarse el cimiento sobre el que se asienta el amor de los arenenses por explorar y atraer un turismo novedoso para aquellos años... la Sierra de Gredos y sus posibilidades para el montañismo.

Décadas más tarde aparecen entidades que refuerzan ésa idea... "OJE" y "Acción Católica", allá por 1960... hasta que nace el "Grupo Gredos de Arenas de San Pedro" (1969)... marcando definitivamente un rumbo donde la escalada toma un protagonismo más acusado.

La generación anterior a la que pertenecen los escaladores que relataremos más adelante, está formada por gentes como Jesús Enríquez, Víctor Morcón, Paco Pío... al que llaman "el indio de los pies coloraos" por su afición a descalzarse al trepar... y otros más que me dejaré en el teclado... espero me disculpen.

También quedan registradas, en aquellos años... a principios de los 60, como primeras maniobras arenenses en lo que entendemos por escalada pura, corto recorrido pero a cumbre virgen... la del Risco Perico... a cargo de Pío y Enríquez, así como el uso de crampones y piolet - de fabricación comercial... que "apaños" siempre hubo -, toda una novedad en el momento.

... Risco Perico... camino puerto del Peón...

La generación nacida a finales de los años 40 y principios de los 50, fue la encargada de protagonizar la escalada de la Cresta de la Catedral... primero escalando su vigía principal... la aguja Maravillosa... y años más tarde cresteando hasta el Gran Galayo.

Las canales Reseca y Seca siempre fueron recorridas por los primeros montañeros de la zona que las enlazaban a través de la vira de cuarzo que rompe el Gran Galayo por su base - desde la portilla de éste a la "Puerta Falsa" -... y que se da en llamar Trocha Palomo... pero la cresta de la Catedral seguía a la espera... aún así incluso se atrevían a reconocimientos invernales... tremendo.



Suenan nombres, referidos al asunto que nos ocupa, como Juan Andrés Feliú, Ángel Rituerto, Manuel Burgos, Juan Prieto, Sebastián Alegría... y el que quizá pueda considerarse como el  "gredense" más activo y audaz del momento que le tocó vivir... Tomás Mesón... aperturista de rutas exigentes en Gredos y que también se atrevió a salir de su tierra para acometer las primeras escaladas de arenenses en la Pedriza.

Le he pedido algunos recuerdos y aquí están:
                                                   
"... hay por Arenas dos o tres lugares que seguramente son los culpables de nuestra afición a la escalada, las piedras de San Agustín y el monte Ceuvia, donde los chavales pasábamos horas intentando subirnos a las piedras que por allí se desperdigan... sin otra intención que, luego de colocarnos en lo alto, deslizarnos en tobogán por la vertiente que lo permitía o saltar desde arriba a un suelo cercano, pero enorme para la edad de seis o siete años de los participantes.

Llegada la adolescencia... nuestras miradas se fijaban en los montañeros que ya recorrían Gredos con decisión... Victor Morcón, Jesús Enríquez, etc. ... a éste último siempre le oíamos hablar de una "aguja maravillosa" que algún día habría que escalar.

Llegó ése día... y con un grupo de amigos pisamos una cumbre donde es difícil ponerse en pie.

Recuerdo colocar un buen clavo, con mucho trabajo, antes de la chimenea que obliga a cambiar de vertiente... luego ya uno tras otro cumplimos el ritual.
A ésta vía la llamamos "Apolonio Farraces"... en honor a uno de los montañeros históricos de nuestra tierra..."

Años después... Tomás Mesón y Ángel Rituerto protagonizan, por fin, el recorrido completo de la Cresta de la Catedral... un 2 de julio de 1978... una magnífica actividad en un entorno salvaje.

La aproximación a la Catedral se inicia en la plataforma de Mingo Fernando, a la que se accede desde el pueblo del Hornillo, desviación justo a la salida de Arenas de San Pedro.

Se nos presenta un bosque donde, tanto a la subida como bajada... cuando el calor aprieta, incluso sin apretar... las moscas nos comerán vivos... tremendo, quizá algo nos libraremos si refresca; en cualquier caso el camino queda bien indicado con carteles... más tarde hitos, y luego ya, una vez desaparece el pinar, es evidente hasta las majadas del Puesto del Pío.

... a punto de salir del bosque ya tenemos vistas...

... Puesto del Pío y Riscos Morenos del Hornillo al fondo...

... magnífico manantial pegado a las majadas... ¡imprescindible!...

Desde aquí nuestro próximo objetivo será alcanzar la base donde se abrazan canales Reseca y Seca... siguiendo intuitivamente, primero por senderos entrecortados y con hitos varios, luego luchando por no perdernos en los últimos metros donde se hace necesario atravesar una pequeña extensión de piornos, pero... ¿qué sería Gredos sin piornos?.

... atravesando placas características... por el medio... por arriba... o por donde cuadre...

... último piornal traidor...

Un gran bloque triangular será nuestro faro donde decidir si elegimos comenzar por el itinerario original o, por el contrario, buscamos una linea más directa que - en ambos casos - nos deposita a los pies del Risco Otilia y, algo más arriba, la Aguja Maravillosa...

... inicio...

... vista general...

Puesto que la entrada original es evidente desde éste punto... nos centraremos en la directa, más entretenida y acorde con la idea de crestear lo máximo posible;  ofrece posibilidades varias y aquí mostramos algunas.

Recorremos el espolón rocoso que flanquea la Canal Seca... hasta un punto donde una brecha facilita un destrepe a la canal y desde donde ya tenemos enfrente - primero una chorrera de agua... último punto donde abastecernos - y una pedrera de forma triangular coronada por un muro cuadrado muy característico...

... vista desde la brecha a descender...

... destrepe entre cuarzos blancos... al fondo chorrera...

... vista destrepe...

... ¡cargar agua!...

Ascenderemos la pedrera inestable y nos encontramos con el muro cuadrado ya mencionado... multitud de posibilidades... andando por su lado derecho - inestable - o lo atravesamos a izquierdas... máx. III+ con ambiente.

Luego habrá que intuir un camino directo... III+... algún IV suelto... hasta alcanzar la base de Peña Otilia.

... una de las posibilidades...


Aquí podremos decidir si coronar el risco por alguna de las vías recientemente abiertas - flanco derecho -... llegar a la cumbre por la ruta normal - izquierda -... o seguir nuestro camino hacia la Aguja Maravillosa.

Si nos animamos por realizar un par de largos cortos... ahí va un croquis de la vertiente norte...


... y una imagen de la "Normal" en la vertiente contraria... unos pocos metros para colocarnos en lo alto de Peña Otilia...


Nos espera la Aguja Maravillosa... una trepada por la canal que nos sitúa en la base frontal.
Su cumbre ha recibido contadas visitas, pero si deseamos estar en la lista, podremos elegir entre alguno de los tres itinerarios que alcanzan su castigado granito cimero.


En orden cronológico de aperturas tenemos:

* "Apolonio Farraces"... Manuel Burgos, Ángel Rituerto, Tomás Mesón, Juan Andrés Feliú y Juan Prieto... 45m. V... 1969.
Variante de entrada a cargo de Juan Andrés Feliú, Alfredo Pastor, Nená Serrallé, Fernando Blázquez y Sebastian Alegría... 1973.
* "Gredos"... Tomás Mesón y Juan Andrés Feliú... 50m. V/A1... 1970.
* "Normal"... Juan Prieto y Ángel Rituerto... 10m. V... 1971.

El descenso, al más puro estilo gredense, tendrá que realizarse en rápel rodeando algún mogote con cintas... las que dejaran los últimos que pisaran la cumbre volaron con vientos feroces.




Tanto Peña Otilia como la Aguja Maravillosa no suelen coronarse habitualmente... pero ahí quedan las reseñas para los más puristas.
Las líneas marcadas son aproximadas y así deben tomarse.

Lo habitual consiste en superar en altura la Aguja Maravillosa... pegados a la pared que se levanta desde la canal evidente sobre la que trepamos... III+/IV... hasta llegar a un pequeño muro... IV... siempre intentando mantenernos en los filos hasta lo posible, bordeando arista cuando la razón así lo dicte, pero de nuevo intentar colocarse en el filo.



... primer muro tras la canal...

Puesto que marcar un itinerario de éstas características en una cresta con infinitas posibilidades de recorrido, resulta prácticamente imposible, nos limitaremos a retener en la memoria imágenes a recordar... y luego... pues a ver que pasa.

Ya hemos comentado que la cresta de la Catedral ofrece multitud de variantes para elegir camino - muchos resaltes pueden evitarse a izquierda/derecha por pequeñas brechas y canales -... pero si deseamos intentar una actividad completa, siempre trataremos de mantenernos lo más ajustados al filo posible.

Tras algunas trepadas... éste será el próximo objetivo...


Un pequeño destrepe - puede asegurarse con un cordino añejo para el segundo de cuerda - nos lleva a una brecha que bordeamos hacia la derecha...




Nos encontraremos con algunas tiradas amables y algo sinuosas...  III+/IV.




A la vista el siguiente tramo a resolver... aquí será necesario un pequeño rápel, algo incómodo... tirando a izquierdas de la vertical para llegar a una canal; podemos decidir si desde la brecha tirar directos - más difícil - o seguir el itinerario original... a derechas bordeando el pilar.



El rápel original de la ruta se corresponde con el más lejano de los marcados... montón de cintas y cordinos añejos en un bloque con cierto movimiento y un maillón inquietantemente desgastado... sin mencionar que la posición de salida es incómoda de largo.


Han quedado instalados - en el bloque anterior - dos anillos de 9mm. que resultan más fiables y mejor posicionados... sería un detalle si alguien los une con un maillón ancho o mosquetón de seguro "viejuno"... y los cambia pasado su tiempo... ¡buena idea!.


Atravesamos la brecha y descendemos unos pocos metros... aquí tenemos la siguiente sección... un pequeño muro que nos lleva a repisa herbosa desde la que salimos a derechas - algo escondido - para alcanzar otro tramo, primero vertical hasta una canal y luego entre bloques a escalar...





Habrá que fijarse en la próxima zona a cubrir... bloque característico de superación atlética...


Luego de alcanzar la cumbre... o atravesarla por debajo... toca descender unos metros...


Tendremos enfrente uno de los mejores resaltes de la cresta... no marcaremos itinerario para dejar a la intuición navegar con algo de incertidumbre... algo de misterio siempre viene bien ¿no?... en cualquier caso IV/V.



Ya superamos la Trocha Palomo... lo que nos indica la altura que hemos conseguido por el momento.


Nos espera una piedra caballera en toda regla... con pasadizo incluido...


Desde aquí las vistas son impresionantes y caemos en la cuenta del desnivel conseguido...


El terreno nos obliga a una travesía ascendente... pasar detrás de un gendarme... y destrepar hasta una brecha con buena lancha empotrada.

El Torreón vigila nuestro avance...



Destrepamos y ascendemos una pedrera para retomar el último resalte... una travesía para ganar el último pequeño muro...



Vista atrás de la trepada final...


Poco antes de coronar el Gran Galayo ya divisamos la Mira...


Y por fin... vistas al Galayar... merecido premio.



Ahora toca bajar por la "normal" del Gran Galayo a la portilla... comienza un descenso largo e incómodo... muy al tanto con el terreno suelto...


Magníficas vistas de la cresta de "los Autóctonos"... de Peña Gallina a Punta Don Servando.

Por el camino observamos la Aguja XXV Aniversario - bautizada así como recuerdo al 25 aniversario de la fundación del GAM de Peñalara -... una flecha directa al cielo que también tiene su escalada, vertiente NO a cargo de Jordi Bardía, Eric Meyer, Luis Ortíz y Alfonso Basadre... un 13 de octubre de 1956. 



Tremenda canal Reseca...


Vistas al Risco del Ángel por donde también discurren magníficas escaladas, unas añejas y otras recientemente inauguradas...


Un bloque de buenas proporciones obstruye el final de la canal Reseca - ya le hemos visto horas antes durante la aproximación a la subida - y se hace necesario bordearlo para alcanzar el fondo y retomar el piornal.


* LOGÍSTICA.
+ Sugiero navegar ligero de equipaje... madrugar de largo y elegir un día espléndido.
+ Dispondremos de agua en el manantial de las majadas del "Puesto del Pio"... y una última oportunidad en las chorreras que ya hemos mencionado cuando aproximamos a la base.
Dos o tres litros parecen imprescindibles... principalmente si escogemos un verano caluroso.
+ Los horarios pueden ser muy dispares, en función del camino elegido, despistes, etc. ... el desnivel total desde Mingo Fernando al Gran Galayo supera los 1.100m... los mismos que la bajada, claro.
Hacemos tres partes y calculamos 2/3 horas hasta el gran bloque triangular... 5/8 horas hasta el Gran Galayo... y 2,30/3,30 horas para el descenso.
Por lo tanto estamos hablando de una actividad que fácilmente puede superar las diez horas de esfuerzo.

* MATERIAL.
+ 1 cuerda 60m. 8,5/9mm. para uso en doble (30m. son suficientes para largos y rápeles).
+ 1 jgo. fisureros medios más dos o tres empotradores medios/grandes con cinta o cordino. Esto parece suficiente pero, para los más precavidos, puede aumentarse con 2/3 friends medios.
+ 6 Anillos+mosquetones.
+ La escalada puede realizarse con botas ligeras o zapatillas de aproximación... pero sugiero el uso de "gatos" para mayor disfrute en los pasos más emblemáticos... que los hay.
+ Chubasquero y linterna frontal... ligeros.

* PELIGROS OBJETIVOS Y CONSIDERACIONES SOBRE LA RUTA.
+ Conviene asegurarse de un tiempo estable y sin posibilidad de tormentas... el lugar queda expuesto a todos los elementos.
+ Una vez iniciada la escalada existen posibilidades varias de escapar hacia la canal Reseca... o la Seca... pero nada será sencillo, en caso de tormenta ambas canales son la trampa perfecta y el agua/granizo se encargarán de mover bloques, pequeños... medios... y enormes, no será un buen lugar para permanecer un tiempo.
+ Puesto que el recorrido de la cresta cabalga entre tramos de andar, trepadas y sectores cortos a escalar... sugiero una buena práctica del ensamble en corto y asegurando cuando así lo requiera el sector; esto será la clave para mantener un horario aceptable.
El grado máximo a encontrar no superará el V (según camino elegido)... muy a menudo el IV... y abundará el III+.
+ Como es habitual en éste tipo de crestas... más aún cuando no reciben un exceso de visitas... sugiero "tantear" todo aquello a lo que nos agarramos... o pisamos. 

Por último... si algún día fuese posible que un invierno despiadado congelara el manto blanco que, a veces, cubre la Cresta de la Catedral... entonces... entonces podríamos soñar con una actividad de categoría alpina... un sueño que quizá pueda cumplirse.