Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Historias de Juan Lupión I

Juan Lupión pertenece a la historia "galayera", aquella de la década de los años 70/80... cuando todo era diferente.

...Juan Lupión, a la antigua usanza...

Muchos conoceréis a Juan por las atrevidas rutas que abrió en el "Yosemite" de Galayos: Peña del Águila (hasta el nombre suena potente); esto entre docenas de aperturas en roca por todos los riscos "galayeros".

Su fantástico trabajo de autoedición "Los Galayos: Guía de escaladas" supuso una enorme información para todos aquellos que merodeábamos por esos espacios de agujas, canales y balcones suspendidos.

... Prólogo de la guía de escaladas en Galayos (Gracias, Juan, por esos dibujos en el ejemplar regalado)...

También tiene su historial de "hielos", no solo en su querido Galayos... también por el Pirineo, Alpes, etc.
Me manda algunos escritos y, con su permiso, los iré colocando por aquí.
Juan tiene aventuras de largo... esas que siempre suponen esfuerzo (más en aquellos años), alegrías y tristezas... bueno, como todos los que pertenecemos a quintas similares.

Este capítulo que transcribo pertenece a sus recuerdos durante la apertura de la vía "Tutti Frutti" a la Punta Don Servando... una escalada imprescindible para coleccionistas.

.....................................

"Pocos días después de que regresáramos  a Madrid, el día de año nuevo, Eduardo Benedé sufría un accidente mortal mientras escalaba en Riglos.
Un grupo de amigos coordinados por Darío Rodríguez  editaron una curiosa revista  en su homenaje.  
La curiosidad de la revista residía en el hecho de que sus gráficos eran dibujos sacados de fotografías aportadas por los amigos de Eduardo. 
Esta revista fue el número cero de lo que años después sería el emporio Desnivel.

Nacido en Barcelona , Eduardo Benedé vivía en Madrid. Gran escalador, persona ingeniosa y madura pese a su juventud dejó un recuerdo grato e imborrable en los que tuvimos la suerte de tratarle.
Murió sin llegar a cumplir los veinte años.

Eduardo Benedé

El invierno de ese año fue un invierno seco y escaso en precipitaciones. La sierra no se cubrió de nieve con el mismo espesor que otros años. Sin embargo, un manto menos espeso y en constante semi deshielo dio lugar a la formación de abundantes cascadas de hielo.

Si mirásemos los libros de refugio de Galayos o del Circo de Gredos, que a falta de otras publicaciones no son mal registro, o en su defecto, en las fotocopias de los mismos y que aún hoy día es posible encontrar, veremos que hasta esa fecha no existe referencia o información de ninguna escalada en hielo.
Se recorrían crestas y se ascendían corredores. Por lo general en nieve. A veces esta nieve podía ser dura o incluso hielo.

... Juan Lupión ¡en acción!...

Pero, aunque fueran actividades a veces complejas en hielo, faltaba el componente de la verticalidad que implica el termino escalada. 
Había sido así porque hasta este momento  no disponíamos del material ni los conocimientos adecuados.

A través  de revistas extranjeras como "Mountain" o "Alpinisme et Randonée" empezaban a llegar informaciones de espectaculares recorridos de hielo en Inglaterra o Francia.
Era impensable que con los piolets de que disponíamos pudiéramos aventurarnos por pendientes como aquellas.
Evidentemente para actividades diferentes se utilizan herramientas diferentes.


Casualmente, pude conseguir uno de estos ingenios a los que en la época nos resistiríamos a llamar piolet.
Tenía el invento en cuestión la hoja muy inclinada y una pala muy ancha. Aparte de su escasa medida, que era  poco mas de dos palmos, lo que mas llamaba la atención era que en lugar de estar hecho de forja como los que se utilizaban hasta ahora: macizos, pesados y con un buen mango de madera, era un conjunto ligero y hueco hecho con remaches y chapa de acero plegada.
Su inventor, un escocés llamado MacInnes,  lo llamó Terrordactyll.

La verdad es que hacía honor a su nombre, por el gran parecido con la imagen que tenemos, hoy día de este pájaro prehistórico. 
Todavía lo conservo, guardado entre mis más preciados tesoros de la época.
Y era cierto que solo con verlo, esta herramienta evidenciaba una concepción exclusiva para el terreno vertical.


El problema es que hacia falta la pareja. Problema que quedó resuelto cuando la marca Charlet Moser sacó un modelo que sin parecerse al Terrordactyll conseguía similares resultados.
Se llamaba Gabarrou Ice Six.

No creo que en el invierno del 79 hubiera muchos "Ice Six" en España. Lo que si sé es que los míos fueron de los primeros.  
A partir de ese momento los libros de refugio comienzan a registrar reseñas de atrevidas escaladas en hielo, impensables solo un año antes. 
Después de calentar con pequeños resaltes, más o menos verticales, o alguna placa de hielo ocasional, por fin encontramos el terreno de juego adecuado.
Fue de noche a plena luna. Tanto que no hicieron falta los frontales.

Regresando de noche hacia el refugio, mi compañero  Salvador Gurumeta y yo, bajábamos por la canal del Pequeño Galayo, cuando observamos  un claro destello en la cara norte de la Punta Don Servando. 
Una gran hendidura que, rellena de hielo, ofrecía continuidad desde la base hasta la cumbre. 
Era la goulotte perfecta.

No podíamos dar crédito a lo que estábamos viendo. 
Siempre había estado allí, solo que nosotros, hasta ahora, desde nuestro desconocimiento no habíamos sido capaces de verla.


No perdemos el tiempo hablando y solo un momento después ya me encuentro a mitad del primer resalte. Incapaz de contener  mi euforia, empiezo a soltar gritos, que al principio alarman a mi compañero, para después romper a reír los dos.
Después continuamos por un terreno fácil hasta otro resalte todavía mas empinado que el anterior y tan estrecho que puedes tocar la roca a ambos lados. Nos cuesta algo más de un largo superar este resalte. Es necesario hacer una reunión en lo mas vertical, pero para nuestra tranquilidad, la roca está cerca y podemos poner buenos seguros. 
Después, salimos a unos neveros que llevan directamente a la cumbre del Don Servando.

Cuando bajamos al refugio es todavía de noche, pero nosotros estamos tan contentos que despertamos a nuestros amigos para contárselo.
Lejos de molestarse, Manolo Martínez y Vicente Biosca se equipan en ese mismo momento y salen para intentar la segunda ascensión.

Bautizamos este recorrido la canal de Tutti Frutti. 
Creo que esta fue la primera escalada en hielo de este macizo, preludio de otras muchas, sobre todo en el Circo de Gredos. 
Pero eso es otra historia que sucedería el próximo invierno..."

... Circo de Gredos...

siguiente capítulo.... Historias de Juan Lupión II

2 comentarios:

  1. Hola Carlos, casualmente hace pocos días hice una vía de aguado y lupion de esas recias de la época que te hacen quitaré el sombrero por la audacia y valor de los aperturistas y por referencia de narci que me hablo de este articulo que me ha encantado asi que aprovecho la triple coincidencia para felicitarte por este magnifico blog y tu efemérides también...un abrazo montañero

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David.
      Gracias por la felicitación y, por supuesto, por tu comentario sobre el blog.
      Ciertamente las vías "añejas" de Lupión, siempre tienen ese toque audaz, Juan siempre lo fue y sigue siéndolo; ahora con el parapente y demás "artefactos" voladores.
      Un abrazo.

      Eliminar